martes, 31 de marzo de 2009
Porque las mujeres no llegan al orgasmo
Una mujer que no llega al orgasmo piensa que padece algún tipo de anomalía, que tiene una falla, para ocultarlo y que su pareja no sospeche de su “anormalidad,” finge tener orgasmos durante la penetración.
Si es necesario finge orgasmos múltiples y luego sonríe como si estuviera felíz y satisfecha del placer que recibió, lo cual levanta hasta las nubes el ego de su pareja quien cree haber sido quien provocó esas explosiones de placer.
Posiblemente muchos hombres quedarían atónitos si sus parejas les confesaran que jamás pudieron tener un orgasmo con ellos y que los impresionantes orgasmos, que creeron provocar, no fueron otra cosa que excelentes actuaciones.
La mujer puede fingir el orgasmo por varias razones, la primera de ellas es evitar que el hombre sepa de su anorgasmia, el segundo motivo es que el hombre no se sienta disminuído por no proporcionar placer a su pareja, luego tenemos las que quieren que el hombre quede “contento” y se conforman con complacerlo a él.
El no tener orgasmos o lograrlos ocasionalmente no es una anormalidad ni una falla, hay varias cosas que una mujer debe aprender para superar este problema.
Lo primero es conocer que zonas de su cuerpo le brindan más placer y tener la suficiente confianza con su pareja para que sepa que puntos tocar y con cuanta intensidad, sin una comunicación abierta y fluída no hay forma de que el hombre sepa lo que una mujer quiere.
Es importante saber que la mujer necesita un mayor tiempo para lograr la excitación y debe ser hablado sin pudores, si no hay excitación suficiente es muy difícil que se puedan producir orgasmos.
Una vez realizada la penetración debe haber cierta sincronización de movimientos entre ambos, de pronto el hombre es muy brusco, muy rápido o demasiado suave y lento en los momentos inadecuados, si cada uno va para su lado el resultado no será bueno.
Si este ritmo no se da en forma natural, también hay que hablarlo, la sexualidad en una pareja es asunto de dos personas y ambos deben disfrutar de la relación.
Por último, la mujer debe aprender a relajarse y dejarse llevar por lo que siente, el sexo es el momento de mayor intimidad de una pareja y debe ser vivido plenamente, las preocupaciones y los problemas se resuelven en otro ámbito, no hay que llevarlos a la cama.
El erotismo en la sexualidad de la pareja
El erotismo es un componente fundamental en la sexualidad de la pareja, dificilmente se puede mantener encendidos el deseo y la pasión si se pierde o no existe el erotismo en la intimidad.
Es frecuente escuchar que se ha perdido el deseo, que no se siente excitación o no alcanza para llegar al orgasmo y los problemas de erección se convierten en algo tan común que se llegan a considerar normales.
Seguramente también hemos oído las quejas de alguno o ambos miembros de la pareja sobre lo esporádicos e insatisfactorios que son los encuentros sexuales.
Se culpa al poco tiempo, al cansancio luego de largas jornadas laborales, cuidado de los niños, tareas domésticas, preocupaciones económicas e infinidad de problemas agobiantes.
No hace falta tener dotes adivinatorias para imaginar que esas relaciones sexuales carecen totalmente de erotismo y se reducen a un contacto casi sin preámbulos, como una especie de trámite a cumplir en lugar de ser un momento que se disfruta.
Se puede pensar que la falta de erotismo en la pareja es algo que llega con el tiempo y no es así, muchos hombres y mujeres nunca tuvieron erotismo en sus relaciones sexuales, en cambio otros lo han mantenido e incentivado a lo largo de los años lo cual les proporciona el goce de una sexualidad satisfactoria.
Como se logra el erotismo en la pareja
* El erotismo es la forma de incentivar el deseo en la otra persona y demostrar el propio, con miradas, gestos, caricias y palabras.
Una mirada cargada de erotismo puede despertar los deseos de la pareja sin necesidad de decir una sola palabra, en cambio una mirada indiferente puede ser un balde de hielo que apaga la pasión.
* Las caricias en la intimidad tienen que tener un toque de erotismo que las diferencie de otros momentos, puede ser erótico el simple hecho de acariciar el cuello o las mejillas si se realiza sensualmente con lentitud, mirando a la pareja a los ojos.
* Nada más erótico que un beso suave y prolongado, es necesario que haya besos en los contactos sexuales, muchas parejas se limitan a los besos rápidos con lo cual se pierde gran parte del placer.
* El lenguaje erótico es poco utilizado durante las relaciones sexuales ya sea por pudor, inhibiciones, temor a lo que piense el otro o simplemente porque nunca se habla en esos momentos.
Decirle al otro lo mucho que se lo desea y emplear palabras cargadas de erotismo para describir las sensaciones o las fantasías que van cruzando por la mente es algo muy placentero para quien lo escucha y difícilmente se olvide al día siguiente de lo que oyó.
* El erotismo también se demuestra en detalles como la ropa interior bonita, unas gotas de perfume, las luces tenues, tomar juntos una copa, todo lo que ayude a crear un clima íntimo y sensual diferente al resto de los momentos del día.
* No es lo más importante la frecuencia de las relaciones sexuales ni la cantidad de tiempo disponible para el encuentro sino la calidad de esos momentos de intimidad entre la pareja.
De lo satisfactorios o no que resulten estos momentos depende el resto del relacionamiento en las cosas cotidianas.
Pareja con sexualidad enferma
Cuando un miembro de la pareja tiene problemas con la sexualidad puede terminar contagiando al otro y eso llevará a que se transformen en una pareja con una sexualidad enferma.
LLamamos sexualidad enferma a la sexualidad insastisfactoria, ya sea por una baja frecuencia de contactos sexuales, la brevedad del tiempo que tengan esos contactos, las erecciones débiles o nulas, la falta de orgasmo y una multiplicidad de disfunciones sexuales, que al no ser solucionadas a tiempo terminan haciendose crónicas e involucrando a ambos miembros de la pareja.
Una pareja con una sexualidad enferma es posible que continue unida indefinidamente aunque la relación sea insatisfactoria para ambos, algunas de las causas de esta permanencia pueden estar relacionadas con el temor a salir de ese círculo que en cierta manera cobija los problemas, el no intentar conocer otras personas y exponerse al fracaso, o en algunos casos lo anormal termina transformándose en normalidad, aunque parezca un juego de palabras.
Para explicar este tema vamos a recurrir a algunos ejemplos de casos reales, algunos de ellos los tomamos de los comentarios que nos llegan a los diferentes temas que se encuentran la página.
Hacer el amor solo una vez al mes Luis nos comenta que estuvo viviendo en pareja durante 8 años, durante ese largo tiempo los contactos sexuales se llevaban a cabo unicamente una vez al mes ya que su mujer no accedía a tener relaciones más frecuentes.
Esto no ocurrió así desde el comienzo, los primeros meses de convivencia disfrutaban de un buen relacionamiento y una sexualidad satisfactoria, paulatinamente se fueron espaciando los contactos y luego del año ya quedó estipulado que no pasarían de una vez al mes.
Su esposa decía no sentía deseos ni llegaba al orgasmo, Luis fue dejando de insistir y con el tiempo llegó a ver como normal hacer el amor con su mujer una única vez por mes.
Esa pasó a ser su “frecuencia” y nunca intentó tener sexo fuera del matrimonio, este es un típico caso de un miembro de la pareja con una disfunción sexual no tratada que terminó enfermando seriamente la sexualidad del otro.
Esta pareja se disolvió hace poco tiempo por otras razones, Luis ahora quiere rehacer su vida, pero tiene un grave problema, se acostumbró a un sólo contacto sexual al mes, porque así fue durante muchos años y esto hace que le resulte imposible el relacionamiento sexual con otras mujeres.
El hombre no quiere relaciones vaginales Ana y Carlos llevan conviviendo 4 años, sus relaciones sexuales antes de la convivencia eran esporádicas pero Ana lo justificaba pensando que era debido a que trabajaban mucho y vivían en ciudades diferentes.
Ella se sentía satisfecha en esos escasos encuentros y pensó que al vivir juntos podrían disfrutar en forma más intensa la sexualidad, pero la sorpresa llegó cuando Carlos le dijo claramente que él no sentía satisfacción en la penetración vaginal y prefería la masturbación.
Desde ese momento, 4 años atrás, sus contactos sexuales se limitan a la mutua masturbación, Ana no está satisfecha, pero está segura de que ya no podría tener orgasmos de otro modo, se acostumbró a esta sexualidad enferma y no se atreverá nunca a intentar romper ese círculo.
Además los une el secreto, la familia y los amigos desconocen el problema ya que ambos lo ocultan sabedores de que su sexualidad tiene problemas.
La mujer quiere tener sexo rápido Analía y Juan están casados hace 5 años, al igual que en los casos anteriores al comienzo las relaciones eran buenas, todo cambió cuando nació su primer hijo, a partir de ese momento Analía se desinteresó del sexo, decía no tener tiempo para caricias o juegos sexuales previos e instaba a juan a eyacular rápidamente.
Esto se fue convirtiendo en una costumbre y con el tiempo juan presentó problemas de eyaculación precoz, los cuales aún no ha podido revertir.
Paradójicamente Analía es quien hoy se queja que su esposo no la satisface porque eyacula muy rápidamente, sin asumir que su falta de deseo y de interés en el sexo fue quien enfermó la sexualidad de la pareja, ella revirtió su problema sola pero Juan necesita ayuda externa.
Hombre con problemas de ereccion Andrés y Laura llevan 15 años de casados, los primeros 5 todo fue normal, pero desde hace 10 años Andrés comenzó a tener problemas de erección.
Estos problemas duraban períodos relativamente breves, en algunos casos sólo se trataba de erecciones débiles, en otros había falta parcial o total de erección, esto podía suceder durante días o semanas enteras.
Cada intento de mantener relaciones sexuales era una incógnita para Laura quien la mayor parte de las veces quedaba totalmente insatisfecha, de esa forma fue bloqueando mentalmente su propia excitación hasta que su deseo se inhibió completamente.
Hoy no sólo no llega al orgasmo sino que no siente deseos ni sensación de ningún tipo, los problemas sexuales de su esposo terminaron enfermándola a ella.
Continúan juntos, Andrés está en tratamiento con un prestigioso andrólogo y de alguna forma está superando su disfunción, pero la sexualidad de la pareja está enferma y será muy difícil para Laura cambiar su propia situación.