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lunes, 29 de junio de 2009

¿Es pecado la masturbacion?

Responde el P. Miguel Ángel Fuentes, I.V.E.
Escuela Virtual para Padres
www.evpp.crux.com.ar

No es infrecuente que se escuche que no es inmoral
Por favor, Padre, quisiera saber si es pecado la masturbación y qué dice la Iglesia al respecto.

Estimado:

La masturbación es pecado cuando es un acto libre y premeditado (o sea, cuando reúne las condiciones que exige todo pecado mortal: material grave, conocimiento y consentimiento perfectos); distinto es el caso de aquellas personas que realizan estos actos de modo enfermizo y compulsivo (razón por la cual el Catecismo en el número 2352 aclara: «Por la masturbación se ha de entender la excitación voluntaria de los órganos genitales a fin de obtener un placer venéreo. (...) Para emitir un juicio justo acerca de la responsabilidad moral de los sujetos y para orientar la acción pastoral, ha de tenerse en cuenta la inmadurez afectiva, la fuerza de los hábitos contraídos, el estado de angustia u otros factores psíquicos o sociales que pueden atenuar o tal vez reducir al mínimo la culpabilidad moral»).

Ha tocado largamente el tema la Declaración "Persona humana", de laCongregación para la Doctrina de la Fe. Le transcribo el texto:
«Con frecuencia se pone hoy en duda, o se niega expresamente, la doctrina tradicional según la cual la masturbación constituye un grave desorden moral. Se dice que la sicología y la sociología demuestran que se trata de un fenómeno normal de la evolución de la sexualidad, sobre todo en los jóvenes, y que no se da falta real y grave sino en la medida en que el sujeto ceda deliberadamente a una autosatisfacción cerrada en sí misma (ipsación); entonces sí que el acto es radicalmente contrario a la unión amorosa entre personas de sexo diferente, siendo tal unión, a juicio de algunos, el objetivo principal del uso de la facultad sexual.

La doctrina de la Iglesia hacemos siempre su inmoralidad

Tal opinión contradice la doctrina y la práctica pastoral de la Iglesia católica. Sea lo que fuere de ciertos argumentos de orden biológico o filosófico de que se sirvieron a veces los teólogos, «tanto el Magisterio de la Iglesia, de acuerdo con una tradición constante, como el sentido moral de los fieles, han afirmado sin ninguna duda que la masturbación es un acto intrínseca y gravemente desordenado. La razón principal es que el uso deliberado de la facultad sexual fuera de las relaciones conyugales normales contradice esencialmente a su finalidad, sea cual fuere el motivo que lo determine. Le falta, en efecto, la relación sexual requerida por el orden moral; aquella relación que realiza el sentido íntegro de la mutua entrega y de la procreación humana en el contexto de un amor verdadero» (CDF, decl. "Persona humana" 9).

Diversas circunstancias que la propician

A esta relación regular se le debe reservar toda actuación deliberada de la sexualidad. Aunque no se puede asegurar que la Sagrada Escritura reprueba este pecado bajo una denominación particular del mismo, la tradición de la Iglesia ha entendido, con justo motivo, que está condenado en el Nuevo Testamento cuando en él se habla de "impureza", de "lascivia" o de otros vicios contrarios a la castidad y a la continencia.
Las encuestas sociológicas pueden indicar la frecuencia de este desorden según los lugares, la población o las circunstancias que tomen en consideración. Pero entonces se constatan hechos. Y los hechos no constituyen un criterio que permita juzgar del valor moral de los actos humanos. La frecuencia del fenómeno en cuestión ha de ponerse indudablemente en relación con la debilidad innata del hombre a consecuencia del pecado original; pero también con la pérdida del sentido de Dios, con la depravación de las costumbres engendrada por la comercialización del vicio, con la licencia desenfrenada de tantos espectáculos y publicaciones; así como también con el olvido del pudor, custodio de la castidad.

Falta de responsabilidad en algún caso

La sicología moderna ofrece diversos datos válidos y útiles en tema de masturbación para formular un juicio equitativo sobre la responsabilidad moral y para orientar la acción pastoral. Ayuda a ver cómo la inmadurez de la adolescencia, que a veces puede prolongarse más allá de esa edad, el desequilibrio síquico o el hábito contraído pueden influir sobre la conducta, atenuando el carácter deliberado del acto, y hacer que no haya siempre falta subjetivamente grave. Sin embargo, no se puede presumir como regla general la ausencia de responsabilidad grave. Eso sería desconocer la capacidad moral de las personas.

Para emitir un juicio moral

En el ministerio pastoral deberá tomarse en cuenta, en orden a formar un juicio adecuado en los casos concretos, el comportamiento de las personas en su totalidad; no sólo en cuanto a la práctica de la caridad y de la justicia, sino también en cuanto al cuidado en observar el precepto particular de la castidad. Se deberá considerar en concreto si se emplean los medios necesarios, naturales y sobrenaturales, que la ascética cristiana recomienda en su experiencia constante para dominar las pasiones y para hacer progresar la virtud» (Congregación para la Doctrina de la Fe, Declaración "Persona humana", n. 9).

Las mujeres tienen pocos deseos sexuales: ¿mito o realidad?

Es un viejo tópico que ha configurado el contenido de numerosos chistes protagonizados por la “jaqueca” con la que la mujer justifica su inapetencia sexual frente a un esposo solícito.
Convendría contrastar este mito con los datos de la investigación sexológica para comprobar si es cierto o falso.


¿Escaso interés en la vida sexual?
Esta idea se basa en dos cosas.
Una, que pone como referencia de normalidad a la sexualidad masculina, que siempre se ha supuesto “frenética”. Y la otra es la frecuente queja femenina de su escaso interés en la vida sexual, en los consultorios sexológicos (mujeres: 51%-62% de las consultas; hombres: 10% de las consultas).
No faltan quienes extrapolan este dato a la población general alimentando el mito de que, quizás, ese bajo tono del impulso sexual no sea patológico en realidad sino el estado natural de la mujer; aunque los estudios epidemiológicos revelan que esta dificultad alcanza al 35% de las mujeres (una de cada tres) y al 15% de los hombres (uno de cada cinco).
Sin embargo, las cosas no son tan claras como puede parecer a primera vista.


¿De quién será la culpa...?
Empezando por la segunda razón para pensar que las mujeres tienen un tono sexual bajo, cuando se comparan mujeres casadas que lo sufren, con otras mujeres casadas que tienen una vida sexual satisfactoria, se encuentra que las primeras fantasean menos durante el juego previo, la masturbación, el coito, y las ensoñaciones diurnas, además de tener menos orgasmos en la cópula que las mujeres sexualmente satisfechas.
Sin embargo, ambos tipos de mujeres se masturban con la misma frecuencia y obtienen orgasmos mediante la automanipulación con la misma facilidad.
Esto es: las mujeres que supuestamente sufren un bajo deseo sexual, se masturban tanto y son tan orgásmicas durante las actividades autoeróticas como cualquier otra. No copulan, pero se masturban; lo cual es muy importante.

Bajos deseos sexuales durante el coito
Dado que la masturbación es un fiel indicador de los niveles de tensión sexual autónomos de la mujer (donde no interviene el varón), que se mantenga al mismo ritmo de frecuencia y logro orgásmico en ambos tipos de mujeres, significa que no existe realmente una disminución del interés sexual global, sino del interés por relacionarse sexualmente con la pareja. Cuando se hable, pues, de baja intensidad del deseo sexual en estos casos, debería añadirse: ...en el coito.
Es decir, esas mujeres con supuestos bajos niveles eróticos tienen deseos sexuales autónomos, no relacionados con sus parejas, tan frecuentes como cualquier otra, que además satisfacen del mismo modo, y con el mismo nivel de eficacia orgásmica. Lo que va mal en ellas no es que su naturaleza sea poco voluptuosa, sino que las relaciones sexuales con su pareja no les atraen por la razón que sea.
Se ha encontrado que dos de cada tres mujeres (68%) mayores de cuarenta años reconocen que experimentan con frecuencia excitación sexual espontánea sin que medien requerimientos masculinos. Y algo más de la mitad de esas mujeres (53%) que esos deseos sexuales espontáneos son diarios o casi diarios. Además, una de cada cinco (19%) ¡los experimentan varias veces en el mismo día! ¡No está mal para unos seres supuestamente asexuados!

Algo más de la mitad de las mujeres admiten tener ganas espontáneas de mantener relaciones sexuales a diario o casi a diario
¡Por supuesto que las mujeres tienen deseos sexuales!
Este es importante, pues esos momentos de excitación sexual espontánea revelan la existencia de un potencial sexual femenino autónomo que aflora a su antojo, con independencia de lo que hagan o dejen de hacer los hombres. Luego, las mujeres tienen deseos sexuales. Y hay razones para sospechar que esos datos infrarrepresenten la realidad, dada la vergüenza a admitir tal cosa por parte de algunas mujeres.
Dicho potencial sexual se mantiene igual (32%) a lo largo de la vida de la mujer, o se incrementa (41%). Esto último ocurre, sobre todo, entre las chicas menores de veinte años (65%), cuando el cuerpo parece un saco de hormonas revueltas.
Son cifras muy elocuentes pues agrupándolas significa que casi cuatro de cada cinco (73%) mujeres mantienen sus niveles de tensión sexual espontáneos con la misma intensidad, o más, a lo largo de toda su vida. Lo que entre las menores de veinte años le sucede al 83% de ellas.
También se sabe que algo más de la mitad (53%) de las mujeres, al menos, admiten tener ganas espontáneas de mantener relaciones sexuales a diario o casi a diario (las hagan efectivas o no). Sí, si: más de la mitad. Otro 40% admite desearlo entre una y tres veces a la semana. De tales datos sólo puede concluirse que tener deseos de mantener relaciones sexuales frecuentes es la norma entre las mujeres (93%), en lugar de la excepción.
¡Caramba con las glaciales féminas!

La intensidad del placer sexual se mantiene con el paso del tiempo
Una prueba tangencial más de que las señoras tienen impulsos sexuales propios es que si no satisfacen esa necesidad del modo que sea, casi las tres cuartas partes (73%) refieren sentirse frustradas. Parece obvio pensar que si el deseo no existiese no habría lugar a tal frustración por no satisfacerlo. El 22% de las mujeres refieren que pueden acomodarse a la situación de no satisfacer sus necesidades sexuales. Lo que lleva implícito admitir que las tienen. Eso arroja una cifra total del 95% (73+22) de mujeres que reconocen tener deseos sexuales autónomos, soporten bien o mal no satisfacerlos cuando lo necesitan. Y esta cifra se parece bastante a la señalada al final del párrafo anterior, lo que aporta una mayor verosimilitud al testimonio.
No está nada mal para unas personas a las que se suponía sexualmente congeladas.
Pero no se trata sólo de que las mujeres experimenten deseos sexuales con frecuencia sino, también, que la intensidad del placer erótico que obtienen en sus relaciones sexuales permanece inalterable (28%) o se hace más intenso (58%) con el paso del tiempo. Lo que resulta más pujante entre las “revueltas” adolescentes, entre quienes su placer sexual se hace más intenso (65%) conforme cumplen años. En cualquier caso, para el conjunto de las mujeres, la intensidad de su placer sexual se mantiene igual o se hace mayor con el paso del tiempo en el 86% de los casos (casi nueve de cada diez). Lo que tampoco está mal para unos seres teóricamente asexuados ¿verdad?

TODO ACERCA DE LA MASTURBACION

Lo cierto es que cualquier tema relacionado con la sexualidad tiene muchas lecturas, en ocasiones variadas, cuando no totalmente contrarias. Puesto que es un factor relacionado con la cultura, la religión y la sociedad en la que vive cada uno, la sexualidad es un tema muy subjetivo, personal e individual. En este artículo no se pretende dar clases de moral, ética, religión ni sociología; simplemente nos hacemos eco de estas numerosas consultas recibidas y dado que sabemos que independientemente de las opiniones a favor o en contra, e incluso de negarla, la masturbación se practica y que los hombres se masturban y las mujeres se masturban, he aquí algunas consideraciones sobre las técnicas masturbatorias, tanto para chias como para chicos.

Si nos centramos en que la masturbación es un acto relacionado con la sexualidad, podemos intentar mejorar la técnica masturbatoria, lo cual nos puede servir para diferentes objetivos: aumentar la sensación de placer sexual mediante la propia masturbación, aprender a controlar el impulso eyaculatorio - lo que es importante para los hombres, generalmente jóvenes con tendencia a la eyaculación precoz - así como a mejorar una posible relación sexual mediante la heteromasturbación, es decir, masturbar a la pareja sexual dentro de una relación sexual placentera y satisfactoria para ambos miembros de la pareja.

Técnicas masturbatorias para chicas

Son frecuentes las chicas que no empiezan a masturbarse espontáneamente en la adolescencia y lo hacen solo a partir de conocer las relaciones con chicos, o no lo hacen nunca, ni en la edad adulta.

Aprender a hacerlo les enseñará a conocer su cuerpo, a descubrir los caminos de su placer y las formas de alcanzar el orgasmo. Todo esto puede facilitar que las relaciones con ellos sean más satisfactorias, porque sabrán dar información de lo que les gusta que les hagan.

Suele ser más fácil aprender a tener un orgasmo por primera vez con una masturbación que con el coito.

El clítoris es el órgano sexual de la mujer, y es donde se inician las contracciones orgásmicas. Es eréctil, como un pene pequeñito, si no estás excitada, estará dentro de su capuchón y casi no lo percibirás.

Puedes empezar acariciando con la palma de la mano toda la vulva, separando sus labios, lubricando con saliva que pondrás en tus dedos y llevarás a esa zona. Puedes también hacer ejercicios de contraer y relajar el músculo de la entrada vaginal, eso te ayudará a humedecerte con tu propio flujo y facilitará la caricia. El clítoris no segrega flujo, así que lo lubricarás con el que fluye de la vagina o con saliva. Si las caricias que te haces te gustan, el clítoris tendrá erección y podrás acariciarlo con uno o dos dedos. Como es un órgano muy sensible, algunas mujeres no pueden tocarlo directamente, porque de la sensación de placer a la de dolor va un paso, en ese caso frota la zona con la palma de la mano.

Cambia de vez en cuando la zona de la caricia y el ritmo y descansa algunos segundos para recuperar el aliento y volver a empezar.

Por supuesto tu otra mano puede estar acariciando los pechos y pezones. Y, por supuesto piensa en alguien que te inspire.

No busques el orgasmo con prisas, no es algo que hay perseguir y atrapar, cuando tu placer sea intenso vendrá solo.

Técnicas masturbatorias para chicos

La eyaculación precoz es un error típico del hombre joven e inexperto. Si no has tenido relaciones sexuales todavía, pero al masturbarte eres muy rápido en eyacular, puedes hacer prácticas solitarias dirigidas a alargar tu respuesta sexual.

Acaríciate con lentitud, olvida la prisa por correrte, y cuando el nivel de excitación y placer sea alto, deja de tocarte unos segundos, haz algunas respiraciones bien hondas, deja que el aire entre a fondo en tus pulmones y tu abdomen y vacíalo del todo, varias veces. Tal vez tu erección se afloje un poquito, lo importante es que tus sensaciones se habrán calmado.

Vuelve a empezar a acariciarte despacio, recuperando el placer. Puedes probar a intercalar movimientos rápidos y después más lentos, caricias fuertes con otras más suaves. Se trata de mantener tus sensaciones placenteras durante mucho rato, parando cada vez que el placer se hace muy intenso y no acercarte al orgasmo hasta que tú lo decidas.

Puedes parar y volver a empezar al menos 3 ó 4 veces , siempre antes de que sientas la inminencia del orgasmo.

Haciéndolo con tranquilidad aprenderás a diferenciar las distintas etapas del placer y a retener tu eyaculación sin esfuerzo y estarás preparado para una mejor relación con la mujer
.

Cómo masturbarse adecuadamente

Uno de nuestros lectores nos preguntaba en el foro cómo se masturba alguien adecuadamente. Existen distintas acepciones del término 'adecuado', pero una que nos gusta es la siguiente: "Que es apropiado para determinado fin, uso o acción". Entonces hemos de aclarar, en primer lugar, cuál sería el fin o el objeto de masturbarse. Y, en realidad, ahí está el quid de la cuestión.

M. A. Martín

¿Para qué nos masturbamos?¿Cuál es el objetivo? Muchas personas, más concretamente muchos varones, dirían que la única finalidad de la masturbación es conseguir el orgasmo. Sin embargo, pensar de esa manera puede representar un grave error y conducir a problemas sexuales. Hace poco ya apuntábamos que cuando un varón —y para el caso, muy probablemente también una mujer— se habitúa a masturbarse muy deprisa, se acostumbra a llegar al orgasmo demasiado deprisa y termina padeciendo eyaculación precoz.

La relación que tienen los hombres y las mujeres con la masturbación puede ser distinta. Para muchos varones, la masturbación puede constituir el eje inequívoco de su placer erótico. Mientras que para algunas mujeres puede resultar una asignatura pendiente.

La masturbación tiene una importante función en la vida sexual de la persona en distintos niveles. Uno de los niveles se refiere al autoconocimiento. Es muy útil conocer el cuerpo propio, las zonas erógenas y la forma en que respondemos a distintos estímulos sexuales, por mencionar los aspectos más importantes. Desde esta perspectiva, además de buscar placer, la masturbación puede permitir a la persona conocer su ciclo de respuesta sexual.

Mientras que muchos aprenden a masturbarse intuitiva u orgánicamente, por usar estos términos, en consulta a menudo atendemos a pacientes que no entendieron muy bien de qué iba la cosa. O pacientes que quizás nunca le han visto mucho sentido a la masturbación y la han practicado apenas.

Insistimos en que con frecuencia la sombra del pecado y la culpa hace su aparición y a muchos les sigue causando conflicto masturbarse. Es necesario acostumbrarse a pensar que la masturbación es bastante sana, al igual que lo puede ser la comida y el sueño. Aunque siempre existe el riesgo de caer en los excesos, también es posible aprender las cantidades que nos resultan más satisfactorias. Los extremos casi nunca son recomendables.

Otro de los aspectos que muchas veces conviene tomar en cuenta es el de las condiciones. Hay personas cuyo rendimiento sexual puede ser óptimo bajo cualquier circunstancia. Sin embargo, hay muchas otras que requieren de un mínimo de condiciones para poder funcionar. Esto puede determinar el grado de placer.

Hay que asegurarse de que hay un mínimo de condiciones favorables, que permitirán que la masturbación sea más plena. Para la mayoría es necesario contar con privacidad, tiempo y apetito sexual. También estar descansado y más o menos relajado... No es lo mismo tener actividad sexual cuando uno se siente lleno de energía, que cuando está exhausto o adormilado, o cuando está pasando por estados de gran estrés.

Nos gustaría que nos contaras cómo te masturbas y qué elementos sueles incluir en tus masturbaciones. ¿Qué condiciones son favorables para ti? ¿Cuánto tiempo sueles emplear en la masturbación?

La masturbación es aconsejable para hombres y mujeres

La mayoría de los jóvenes adolescentes se masturba pero un velo de prejuicios y mentiras cubre la masturbación. Pecado, suciedad, vicio, enfermedad… Las descalificaciones eran la ley hasta hace poco años, ahora lo que hay es silencio sobre el tema, la mayoría de los adolescentes tiene vergüenza y algo de tabú en hablar sobre el tema. Masturbarse de manera moderada es gratificante, y en pareja puede mejorar la comunicación y el conocimiento íntimo con tu chico o chica.



La estimulación de los genitales para obtener placer es una práctica de toda la vida. Para tu información, sepa que 92% de los hombres y 58% de las mujeres se masturban. Sin embargo, casi siempre la masturbación ha sido tratada como un acto negativo y pecaminoso, que genera problemas y ningún beneficio. Pero, ¿qué hay de verdad en torno al mito de la masturbación?


La masturbación desde bebé


Cuando el bebé comienza a explorar su cuerpo, sus manos llegan a los genitales como a cualquier otra parte del cuerpo, permaneciendo por más tiempo ahí debido al placer que siente. Pero, cuando una persona mayor lo ve, retira sus manos de la zona que es "prohibida" y le dice "eso no se hace", tal como sucede cuando el pequeño toma objetos que no son suyos o hace algo indebido.


Más adelante, el niño se interesa activamente por el sexo. A partir de los tres años es más común la caricia rítmica de los genitales, o el roce con distintos objetos para obtener placer, muy diferente de la simple manipulación que no se acompaña de excitación ni de satisfacción. Al hacerlo no se oculta, y al ser descubierto la madre le regaña, razón por la que empieza a hacerlo en secreto. El chico no entiende que, según los padres, esta práctica es íntima y no debe realizarse en público.


Con la adolescencia se experimentan cambios biológicos en el cuerpo de los chicos; se despierta el deseo sexual y la masturbación empieza a tener sentido como un juego auto erótico. Se lo haces, no eres el único, se estima que 80% de los jóvenes de 13 años se masturban. La masturbación proporciona placer y un canal de desahogo a la excitación que, muchas veces, es una respuesta natural ante la dificultad para encontrar a alguien con quien mantener relaciones sexuales.


Los mitos sobre la masturbación
en la adolescencia


En el intento de reprimir la masturbación se han creado una serie de mitos a su alrededor. La lista de mentiras es inmensa. Se dice que la masturbación te puede generar crecimiento de vellos en las palmas de las manos, que hunde los ojos y les quita brillo, agota los músculos, perjudica la memoria y la capacidad de pensar, degenera tejidos y nervios, provoca crecimiento del pene, acné, ceguera, sordera, infertilidad, impotencia, mongolismo, demencia, locura, epilepsia y, en casos extremos, muerte prematura.


Sexólogos de distintos países coinciden en señalar que la represión a la que es sometido el adolescente generará dificultades posteriores, tanto en su vida sexual como en otras funciones psíquicas. Por ejemplo, masturbarse a escondidas y con toda prisa es una de las causas de la eyaculación precoz de los chicos. Ahora bien, cuando es la única forma de lograr placer sexual, o si genera sentimientos de culpa y ansiedad, es motivo suficiente para buscar al psicólogo.


La masturbación es aconsejable
para hombres y mujeres


Lo que es una realidad es que en cada orgasmo el cuerpo libera endorfinas, una hormonas que contribuyen a la relajación, por lo que la masturbación es aconsejable para hombres y mujeres, ya que reduce estrés y ansiedad, permite conocer y apreciar el propio cuerpo para tener mejores orgasmos y disfrutar más de las relaciones de pareja, aumenta el autocontrol, la confianza en uno mismo y ayuda a conciliar el sueño. En el caso de las mujeres, la masturbación promueve que disminuyan las molestias menstruales y combate la sequedad vaginal en la época del climaterio.


Además, los especialistas reconocen que el llamado autoerotismo contribuye a mantener la libido o energía sexual, que de no ser encauzada como el cuerpo lo requiere puede ser el origen de diversas molestias, como irritabilidad, frustración o nerviosismo.

Masturbación: más que un bendito placer

La masturbación en los hombres no sólo es normal, sino necesaria para el conocimiento del cuerpo, de sus reacciones, en definitiva, de su sexualidad. Eso redunda en más familiaridad con el cuerpo, sus zonas más sensibles y su pene.

Tanto hablar sobre la masturbación sin llegar a ninguna parte. Lo bueno Casi nadie se atreve a decir que es mala, porque ciertamente no lo es, pero relativizan la edad adecuada, el momento y la frecuencia, estigmatizando a quienes la practican con menos recato y en edades que no son capaces de tolerar.

La masturbación, en los hombres, (en las mujeres es capítulo aparte, en ella la represión ha hecho estragos) no sólo es normal, sino necesaria para el conocimiento del cuerpo y sus reacciones, en definitiva de su sexualidad. Eso redunda en más familiaridad con el cuerpo, sus zonas más sensibles y con su pene, apreciándolo por lo que es, un órgano como cualquier otro, pero que le proporciona placer, bienestar y lo conecta sexualmente con su pareja.

Se sindica a la adolescencia como el inicio de la exploración en los varones, donde sus cambios físicos y emocionales se tienden a concentrar en el despertar y descubrir sexual. En esta etapa, que no tiene edad precisa para surgir, se crea y se acentúa la conciencia sexual e intenta liberar la tensión erótica mediante la masturbación, esto se puede incrementar cuando no tiene pareja, pero no son fenómenos homologables. Es más, muchos hombres se masturban durante toda la vida, con o sin pareja.

Según diversos estudios, un 94% de hombres se han masturbado alguna vez hasta llegar al orgasmo. Mediante la experiencia personal se aprenden las técnicas y ritmos que dan mejor resultado. De esta forma el hombre conoce sus respuestas y se puede anticipar al orgasmo. El uso de lubricantes reduce la fricción y puede hacer que aumente el placer.

Este puede transformarse en un dato vital. La práctica de la masturbación en la búsqueda del placer, proporciona otras bondades, como por ejemplo aprender a reconocer sus reacciones, cuando y con qué cantidad de estímulo alcanza el orgasmo. Información de valiosa utilidad al enfrentarse a la actividad sexual con una pareja donde debe intentar avanzar en la excitación en forma más o menos coordinada con la mujer para que ella también alcance el orgasmo. Y si se conoce, puede tomar las medidas pertinentes.

La masturbación para dos

En estricto rigor se habla de masturbación cuando hay autoestimulación, sin embargo, la masturbación en pareja se puede considerar como una variante en medio del juego erótico previo al coito. Sin importar el nombre que usemos, se trata de estimular directamente el pene y los puntos más sensibles de la pareja.

No está demás decir que la masturbación mutua puede ser una alternativa cuando no se quiere llegar al orgasmo mediante la penetración, ya sea por enfermedad, por estar en los últimos meses de embarazo o por las razón que sea.

La gracia de la masturbación es que se aplica directamente con las manos, o con otra parte del cuerpo, justo en las zonas más erógenas con resultados más efectivos. Ya sea autoprovocada o en medio de la actividad sexual, se podrá jugar e ir descubriendo libremente los deseos y preferencias.

Una técnica

Cuando de masturbar a un hombre se trata, rodea el cuerpo del pene con la mano y mueve la piel arriba y abajo rítmicamente, la velocidad, duración del movimiento y la presión a ejercer depende de cada persona. Ojo que debes estar atenta a la sensibilidad del hombre, al que el roce muy fuerte puede causarle dolor. Siente cuanto lo está disfrutando y si aumenta su satisfacción con cada movimiento.

El frenillo, zona justo debajo del glande con el pene erecto, puede resultar muy estimulante. A medida que tu pareja va llegando al orgasmo aumenta la velocidad de los movimientos. Tras la eyaculación el glande se vuelve muy sensible por lo que hay que dejar de apretar.

La estimulación y caricias de los testículos surte en la mayoría de los hombres efectos relajante que les acaricien los testículos, eso sí, siempre con suavidad. Puede tomar el pene con una mano y usar la otra para cubrir y recorrer los testículos y acariciar la zona entre los testículos y el ano. Esta zona es muy sensible. El escroto (bolsa que contiene los testículos) es como si fueran los labios exteriores de la mujer, por eso aunque las caricias y los besos produzcan sensaciones muy agradables, no es probable que desemboquen en un orgasmo.

Lo bueno de la masturbación

* Es un acto de redescubrimiento; los pequeños obtienen placer activo en la auto-exploración y el contacto, sólo posteriormente sienten culpas o inhibiciones al respecto.

* Permite aprender acerca del propio erotismo: qué nos agrada y qué necesitamos como individuos; somos únicos y podemos ser expertos en lo que respecta a nosotros mismos.

* Se aprende a valorar nuestros genitales y a disfrutar de nuestra propia excitación u orgasmos.

* Es positivo para usted. La masturbación mantiene su sistema sexual en buen funcionamiento. A las mujeres les permite mantener lubricada la vagina y mantener un ambiente vaginal saludable. A algunas el orgasmo les ayuda a aliviar la tensión menstrual y la congestión pelviana. En el caso de los hombres, la masturbación mantiene en funcionamiento los reflejos de la erección y la eyaculación.

* Es un valioso medio para sentirse sexualmente independiente, y una excelente preparación para posteriores relaciones sexuales. Si ambos integrantes de la pareja asumen responsabilidad individual en cuanto a satisfacer sus propias necesidades sexuales ocasionalmente y disfrutan de la masturbación como una opción más, ambos tendrán un repertorio sexual más amplio y aliviarán al otro de la carga de tener que estar siempre en el mismo nivel de deseo o de satisfacer sus necesidades sexuales. Si uno sabe lo que puede enseñárselo al compañero, lo cual evita muchas adivinanzas, frustración e incomodidad.