Luego de un divorcio

Aceptar nueva pareja de los padres es un difícil proceso para los niños

• La separación de los padres es por sí sola una dolorosa situación para los niños, más aún cuando mamá o papá rehacen su vida y encuentran una nueva pareja

Aceptar a una pareja de mamá o papá, luego de atravesar por un divorcio, es para los niños una dura y difícil situación.

Para los niños, la separación o el divorcio de sus padres es un trago amargo que les cuesta asimilar, tanto que, aun con el paso del tiempo, no pierden las esperanzas de que vuelvan a ser la familia que fueron en algún momento, pero la situación empeora cuando el padre o la madre rehacen su vida y tienen una nueva pareja.

Los sentimientos de dolor, ira y resentimiento que pudieron quedar atrás, para los niños, regresan de nuevo, pues les es difícil entender que mamá o papá tienen derecho a disfrutar otra vez el amor, pero también los padres deben comprender que para los pequeños no es una situación sencilla.

Por esa razón, se requiere de un adecuado manejo para evitar que el menor pueda tener problemas a 
nivel emocional, por el trance que está viviendo, de ahí que la nueva pareja, del padre o la madre, tiene que respetar el momento por el que atraviesa y nunca forzarle a que le acepte.

“No se debe forzar el proceso de aceptación del niño o el proceso de acercamiento emocional, hay que entender que el niño o la niña atraviesa un duelo, porque se siente culpable sobre todo con el progenitor, que no vive con él, porque cree que le está traicionando”, comentó el psicólogo, Erick Quesada.

Explicaciones claras

Quesada manifestó que lo más recomendable es decirle al o los niños que esa nueva pareja del padre o la madre, no viene a sustituir ni a competir con el otro, porque eso sería ponerle en una posición incómoda y dolorosa, sino que es un integrante más de la familia.

“Se le debe decir que es una figura de autoridad, pero que no es otra mamá u otro papa, solo que es la nueva pareja de su progenitor o progenitora, pero que no por ello tiene que amarlo como ama a la otra persona, a veces la nueva pareja trata de ganarse a los niños a como de lugar, pero eso el niño lo percibe y no es conveniente”, aseveró Quesada.

El especialista dijo que lo mejor es que esa persona sea espontánea con el niño, que respete sus decisiones y su tiempo de ajuste a la situación, hasta que el mismo pequeño entre en razón de que la situación no representa un peligro o amenaza para él, por eso lo recomendable es no forzar nada.

“Es importante decirle al niño que, tanto su madre como el padre, le van a querer siempre de la misma forma y que aunque tengan una nueva pareja, eso no impedirá que disfruten de su espacio y su tiempo con ellos. Cuando se les explica esto y cuando los adultos actúan consistentemente, el proceso de aceptación y asimilación para el niño será más fácil y rápido”, agregó el experto.

Temores

Los sentimientos que el niño experimentará son normales y es de esperar que reaccionen de este modo, por eso los padres lo que deben entender es cómo viven los niños esta situación, ya que, para Quesada, muchos problemas surgen porque los adultos quieren que los niños entiendan las situaciones como ellos y no como los niños que son.

“Los padres deben entender y respetar ese proceso, no le pueden forzar el niño a que le diga papá o mamá a esa nueva persona, porque lo que van a lograr es que le lleguen a detestar, lo ideal es que lo lleguen a decir espontáneamente, porque así lo siente y les nació, pero nunca porque sea producto de una imposición”, indicó.

Otro elemento importante es que el niño debe mantener el vínculo con el otro progenitor, ya que tiene derecho a estar en contacto emocional con quien no vive en la casa, eso le da mayor seguridad al pequeño y le hace entender que la situación no tiene por qué ser amenazante.

Por su parte el psicólogo de Enfoque a la Familia, Luis Diego González, comentó que a los niños siempre se les deben hablar con la verdad, pues es más destructivo y dañino mentirles, en este caso, es justo que se les prolongue el duelo o se queden atrapados en una espera de falsas ilusiones pensando en que sus padres volverán a estar juntos.

Lo mejor es decirles que mamá y papá no volverán a estar juntos y que es posible -si no se ha dado la situación- que en algún momento puedan encontrar otra pareja, pero que eso no quiere decir que tengan que dejar de amar y ver al otro progenitor.