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domingo, 23 de noviembre de 2008

Organizado por la Escuela de Filosofía de la Universidad de Costa Rica

Foro analiza el papel de la sexualidad y la juventud

• Tres conversatorios forman parte del ciclo “La sexualidad habla de nosotros” que se efectúan en la Sala Joaquín Gutiérrez Monge, en el cuarto piso de la Facultad de Letras


El próximo 19 de noviembre se efectuará el tercer y último conversatorio que sobre este tema ha organizado la Escuela de Filosofía de la Universidad de Costa Rica y cuyo fin es acercar las preocupaciones académicas a la realidad cotidiana de las personas.

Así lo indicó su organizador, profesor y filósofo, Camilo Retana, quien destaca por haber investigado el tema de la pornografía, mismo que presentó en su tesis de graduación.

El primer coloquio sobre el tema se llevó a cabo el pasado 5 de noviembre y versó sobre diversos temas de sexualidad, juventud e identidad.

La mesa contó con la participación del antropólogo Mario Zúñiga, y los filósofos Roberto Herrera y Camilo Retana. Asimismo, participan: Carolina Sanabria, con una ponencia titulada “La mirada ‘voyeur’: construcción y fenomenología”; Luis Adrián Mora con “La conquista del sexo” y Jorge Jiménez con una réplica titulada “De la promiscuidad visual y sus desventuras”.

“De lo que se trata es de establecer vínculos entre esos tres conceptos desde distintos puntos de vista: la sexualidad como espacio de construcción de identidades juveniles, lo juvenil como forma de vivir la sexualidad, la identidad como forma de experimentar la sexualidad, entre otros.

La participación del público, además, añadió otros elementos de discusión, de modo que el conversatorio tomó rumbos bastante interesantes. Por ejemplo se discutió de forma crítica el tema de lo juvenil alrededor de la
figura de María José Castillo, o la relación entre el concepto de cuerpo y el concepto de
liberación. La discusión, si bien partió de preocupaciones de índole sexual, excedió por mucho ese ámbito temático”, recalcó Retana.

¿Es la sexualidad un tabú?

Retana no comparte la idea de que la sexualidad sea un tabú ya que según explica los medios todos los días convocan lo sexual de diversas formas; la sexología, por su parte, ha contribuido a tematizar la sexualidad quizá y más bien de una forma obsesiva; los chistes en la calle también aluden al sexo cotidianamente.

“De modo que antes que una sexualidad reprimida, lo que existe es una sexualidad sobretematizada. El peligro que corremos hoy alrededor del sexo no es que se nos prohíba tenerlo, sino que se nos indique de forma pormenorizada y minuciosa cómo hacerlo. En este sentido, no hay una manera mejor que otra de vivir la sexualidad. Cada uno debe aventurarse a abrir su propio trillo”, dijo.

Normativización del sexo

La cuestión de la normativización del sexo es un tema importante y complejo a la vez. Para Retana las formas de control sobre la
sexualidad más presentes en la actualidad no tienden a reprimir si no a moldear comportamientos.

Si las generaciones anteriores sufrían en materia sexual por tener que vivir sus deseos a escondidas, las generaciones presentes sufren por tener que responder a expectativas y mandatos sociales.

“No sé qué es mejor: que no te permitan tener sexo porque socialmente se considera inmoral (cosa que aunque sigue ocurriendo remite más a nuestro pasado que a nuestro presente), o que te presionen socialmente para que tengas sexo de una determinada manera. Hoy la satanización de la eyaculación precoz y de la impotencia en el caso masculino, o de la frigidez en el caso femenino, da cuenta de esas presiones excesivas”, dijo.

¿Y la pornografía?

Sobre el particular Retana indica que el deseo de ver acompaña al ser humano desde que habita las cavernas. Antes que etiquetar la pornografía como buena o mala, Retana
analiza qué dice de nuestra cultura la pornografía. “No hay que olvidar que estamos hablando de un género que se repudia públicamente, pero que genera una de las
industrias más millonarias del mundo. De lo que se trata, pues, no es de calificar el porno, sino de ver qué es lo que el porno dice de nuestra cultura”.

Apertura a nuevos temas

La sexualidad, sin duda, ocupa un lugar marginal dentro de la filosofía. Clásicamente la filosofía en general y la academia en particular, desprecian ciertos temas por considerarlos banales o demasiado terrenales.

Por suerte, en la Escuela de Filosofía de la Universidad de Costa Rica eso no ocurre. Los últimos trabajos de tesis que se han producido, de hecho, abordan temas poco recurrentes en la filosofía tradicional: la relación entre pecado y delito en la mentalidad costarricense, la historia del comunismo en Costa Rica, la cuestión de lo cotidiano, la falsa construcción de la nacionalidad que cuentan nuestros libros de historia, el tema de las ciudades, entre otros. “En la Escuela de Filosofía, de hecho, la actitud hacia estos temas es de mucha apertura, y eso ha permitido que podamos avocarnos a hacer lo que en realidad nos toca: aportar desde el pensamiento a la construcción de una sociedad distinta”, concluyó.

El sexo y el tema audiovisual

Otra de las participantes al foro es la Dra. Carolina Sanabria Sing, quien trata el tema audiovisual y sexualidad, trabajo que surge a partir de la investigación que culminó con su tesis doctoral en la Universitad Autónoma de Barcelona, dirigida por el Dr. Román Gubern y el Dr. Josep María Catalá.

Sanabria analiza el tema de la mirada “voyeur”, la cual se define como de tipo clandestina, furtiva, la que ejerce el que se esconde para mirar y solazarse en una imagen normalmente de tipo íntimo, que a pesar de su condena forma parte de los fundamentos mismos de la estructura fílmica.

“La relación propiamente del ‘voyeur’ con el tema del coloquio se suscita a partir de que es inevitable que la intimidad que se contempla se equipare a imágenes de los medios contemporáneos de masa que incluyen desnudos y situaciones eróticas que muchas veces se inculcan con la sexualidad, aunque no se limita a ello, también incluye cuestiones relativas a otra intimidad: la que rodea la muerte”.

Uno de los puntos claves relacionados propiamente con la virtualidad es que actualmente es la imagen la que posiciona al espectador como “voyeur”, no solo en el cine, basta con encender la televisión para constatar el manejo del deseo de la pulsión visual del espectador a partir de la imagen.

De hecho, detalla, los concursos recientes como Gran Hermano y sus spin-offs de éxito abrumador en Europa, basan su funcionamiento en un posicionamiento de este tipo. Más precisamente, se trata de una variación de este tipo de mirada, porque se parte de la exposición consentida de sus concursantes que en una eventualidad podría matizar la mirada “voyeur”, porque suscita la eventual generación de la pose, pero siempre está presente el acto de atisbar una situación íntima donde las cámaras están presentes en todos los rincones, hasta en los lavabos.

Hay otro medio más interesante, porque también funciona con un manejo de esta condición “voyeur”, es en los videojuegos. En este caso se produce una participación directa en el espacio que tiene frente a sí a través de una subrogación o sustitución virtual en el personaje que manipula y que lo desdobla.

Si lo común de todos estos productos, en definitiva, es que construyen sus narrativas para posicionar al espectador como “voyeur”, que adecuan las innovaciones tecnológicas combinándolas con las formales para una inmersión cada vez más profunda en la escena. “El paso definitivo habrá sido dado cuando deje de ser una virtualidad y finalmente pueda llevar a cabo, como Alicia, el salto hacia el otro lado de la pantalla”, explicó Sanabria.

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