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lunes, 30 de junio de 2008

Ticos dicen ser los más satisfechos sexualmente de Centroamérica


Costarricenses se dicen "muy satisfechos" con su vida sexual y complacer a sus parejas


Los costarricenses se declararon los más satisfechos sexualmente de Centroamérica, según una encuesta difundida este lunes en la que también se midieron los problemas de disfunción eréctil en la población masculina de la región.

Los resultados del estudio, patrocinado por la transnacional farmacéutica Pfizer, indican que un 34,4% de los ticos se declararon "muy satisfechos" con su función sexual, frente a un 24% promedio de los otros países del istmo en los que se pasó la encuesta.

Asimismo, un 31,2% de los participantes aseguró que su compañera está muy satisfecha con la relación sexual, en lo cual la respuesta de los "ticos" también supera el promedio regional que fue de 22,6%.

Casi 6 de cada 10 entrevistados en Costa Rica manifestaron que siempre son capaces de obtener y mantener una erección, por encima de la media regional que fue de 46,2%.

Según el reporte de la investigación, un total de 130 médicos de Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Honduras, Costa Rica y Panamá, entrevistaron a un total de 1.642 pacientes masculinos, los cuales consideraron podrían padecer de disfunción eréctil.

El reporte aclara que, debido a que los médicos hicieron la selección de los entrevistados, la muestra del sondeo no se puede considerar aleatoria.

lunes, 23 de junio de 2008

TODO SOBRE EL SIDA

El SIDA (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) es la etapa final y más grave de la infección por VIH, la cual produce daño severo al sistema inmunitario.

De acuerdo con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, el SIDA comienza cuando una persona con infección por VIH tiene un conteo de células CD4 (un tipo de célula inmunitaria también denominadas "células T" o “linfocitos T cooperadores”) por debajo de 200. También se define por numerosas infecciones oportunistas y cánceres que se presentan en presencia de la infección por VIH.

Causas, incidencia y factores de riesgo

El SIDA (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) es la quinta causa importante de muerte en las personas entre 25 y 44 años de edad en los Estados Unidos. Alrededor de 25 millones de personas en todo el mundo han muerto a causa de esta infección desde el comienzo de la epidemia y 40.3 millones de personas están actualmente viviendo con VIH/SIDA en términos globales.

El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) causa el SIDA. Este virus ataca al sistema inmunitario y deja al organismo vulnerable a una gran variedad de infecciones y cánceres potencialmente mortales.

Las bacterias comunes, los hongos levaduriformes, los parásitos y los virus que generalmente no provocan enfermedades serias en personas con un sistema inmunitario que funciona normalmente pueden provocar enfermedades mortales en las personas con SIDA.

Se ha encontrado el VIH en saliva, lágrimas, tejido del sistema nervioso, líquido cefalorraquídeo, sangre, semen (incluido el líquido preseminal), flujo vaginal y leche materna. Sin embargo, sólo a través de la sangre, el semen, las secreciones vaginales y la leche materna se presenta el contagio con otras personas.

La transmisión del virus ocurre:

1. A través del contacto sexual, ya sea oral, vaginal o anal.
2. Por vía sanguínea, mediante transfusiones (en la actualidad muy poco común en los Estados Unidos) o al compartir agujas.
3. De la madre al niño. Una mujer embarazada puede transmitir el virus a su feto a través del hecho de compartir la circulación de la sangre o una madre lactante puede transmitirlo a su bebé por la leche.

Hay otros métodos de transmisión poco comunes como una lesión accidental con una aguja, inseminación artificial por un semen donado y a través de trasplantes de órganos.

La infección por VIH no se propaga por contacto casual como un abrazo, por tocar cosas que han sido tocadas con anterioridad por una persona infectada con el virus, ni durante la participación en deportes ni por mosquitos.

No se transmite a las personas que DONAN sangre u órganos. Las personas que donan órganos no entran en contacto directo con los que la reciben. De la misma manera, alguien que dona sangre no tiene contacto con el que la recibe. En todos estos procedimientos se utilizan agujas e instrumentos estériles.

Sin embargo, el VIH se puede transmitir a la persona que RECIBE sangre u órganos de un donante infectado. Es por esto que los bancos de sangre y los programas de donación de órganos hacen exámenes minuciosos a los donantes, la sangre y los tejidos.

Entre los que están en el grupo con mayor riesgo se pueden mencionar:

* Aquellos que tienen sexo sin protección
* Los compañeros sexuales de personas que participan en actividades de alto riesgo (como el sexo anal)
* Los usuarios de drogas intravenosas que comparten las agujas
* Los niños nacidos de madres con VIH que no recibieron la terapia para VIH durante el embarazo
* Personas que recibieron transfusiones sanguíneas o hemoderivados entre 1977 y 1985 (antes del establecimiento de las evaluaciones estándar para buscar el virus en la sangre).

El SIDA comienza con una infección por VIH. Es posible que las personas infectadas con el VIH no presenten síntomas durante 10 años o más, aunque sí pueden transmitir la infección a otros durante este período asintomático. Entre tanto, si la infección no se detecta y se inicia el tratamiento, el sistema inmunitario se debilita gradualmente y se desarrolla el SIDA..

La infección aguda por VIH progresa con el tiempo a una infección por VIH asintomática y luego a infección sintomática temprana por VIH. Posteriormente, progresa a SIDA (definido como la infección por VIH muy avanzada con conteo de células T por debajo de 200).

La mayoría de los individuos infectados con el VIH y sin tratamiento desarrollarán el SIDA. Hay un pequeño grupo de pacientes que desarrollan SIDA muy lentamente o que nunca lo desarrollan. A estos individuos se les llama pacientes sin progresión de la enfermedad y muchos parecen tener una diferencia genética que evita que el virus se adhiera a ciertos receptores inmunitarios.

Síntomas

Los síntomas del SIDA son principalmente el resultado de infecciones que normalmente no se desarrollan en personas con un sistema inmunitario sano. Estas se llaman "infecciones oportunistas".

El VIH agota el sistema inmunitario de los pacientes con SIDA, que quedan muy susceptibles a dichas infecciones oportunistas. Los síntomas comunes son fiebre, sudoración (particularmente en la noche), glándulas inflamadas, escalofríos, debilidad y pérdida de peso.

Se puede remitir a la sección de signos y exámenes a continuación para ver una lista de las infecciones oportunistas comunes y los principales síntomas asociados con ellas.

Nota: La infección inicial con VIH puede ser asintomática. Sin embargo, la mayoría de las personas sí experimentan síntomas similares a la gripe con fiebre, erupción cutánea, irritación de garganta e inflamación de los ganglios linfáticos, generalmente dos semanas después de contraer el virus. Algunas personas con infección por VIH permanecen por años sin síntomas entre el tiempo de la exposición y el desarrollo del SIDA.

Signos y exámenes

La siguiente es una lista de infecciones y cánceres relacionados con el SIDA que las personas con esta enfermedad adquieren a medida que su recuento de CD4 disminuye. Anteriormente, tener SIDA se definía como tener infección por VIH y adquirir una de estas enfermedades adicionales, pero en la actualidad se define adicionalmente como tener un recuento de CD4 por debajo de 200, incluso sin la presencia de una infección oportunista. Se pueden presentar muchas otras enfermedades y sus respectivos síntomas además de las que aparecen en esta lista.

Comunes con conteo de CD4 inferior a 350 células/ml:

* Virus del herpes simple: causa úlceras o vesículas en la boca o en los genitales; se presenta con más frecuencia y severidad en un paciente infectado con VIH que antes de la infección.
* Tuberculosis: infección con la bacteria de la tuberculosis que afecta predominantemente a los pulmones, pero puede afectar a otros órganos como los intestinos, el revestimiento del corazón o los pulmones, el cerebro o el revestimiento del sistema nervioso central.
* Candidosis bucal o vaginal: infección por hongos levaduriformes en la boca o en los genitales.
* Herpes zoster (culebrilla): úlceras/vesículas sobre un parche aislado de piel causadas por el virus varicella-zóster.
* Linfoma no Hodgkin: cáncer de los ganglios linfáticos.
* Sarcoma de Kaposi: cáncer de la piel, los pulmones y los intestinos, asociado con un virus del herpes (HHV-8). Esta afección puede ocurrir con cualquier conteo de CD4, pero con más probabilidad en conteos de CD4 bajos, y es más común en hombres que en mujeres.

Conteo de CD4 inferior a 200 células/ml:

* Neumonía por Pneumocystis carinii: neumonía PCP, ahora llamada neumonía por Pneumocysti jiroveci.
* Esofagitis por Cándida: infección dolorosa del esófago causada por hongos levaduriformes.
* Angiomatosis bacilar: lesiones cutáneas causadas por una bacteria llamada Bartonella, que generalmente se adquiere por arañazos de gato.

Conteo de CD4 inferior a 100 células/ml:

* Meningitis criptocócica: infección del revestimiento del cerebro por una levadura.
* Demencia por SIDA: deterioro y disminución de las funciones mentales causadas por el VIH en sí.
* Encefalitis por toxoplasmosis: infección del cerebro causada por un parásito que se encuentra frecuentemente en las heces de gato y que causa lesiones aisladas en el cerebro.
* Leucoenfalopatía multifocal progresiva: una enfermedad viral del cerebro causada por un virus (llamado virus JC), que causa un declive rápido en las funciones cognitivas y motoras.
* Síndrome consuntivo: anorexia y pérdida de peso extremas, causadas por el VIH.
* Diarrea por criptosporidio: diarrea extrema causada por uno de varios parásitos conexos

Conteo de CD4 inferior a 50 células/ml:

* Mycobacterium avium: una infección de la sangre causada por una bacteria relacionada con la tuberculosis.
* Infección por citomegalovirus: una infección viral que puede afectar casi cualquier sistema de órganos, especialmente el intestino grueso y los ojos.

Además del conteo de CD4, la carga de ARN del VIH y pruebas de detección básica de laboratorio, citologías vaginales regulares son importantes para vigilar la infección por VIH, debido al aumento del riesgo de cáncer cervical en pacientes inmunocomprometidos. Las citologías anales para detectar cánceres potenciales también pueden ser importantes tanto para hombres como para mujeres infectados con VIH.

Tratamiento

Hasta este momento, no existe cura para el SIDA. Sin embargo, se encuentran disponibles varios tratamientos que pueden retardar el progreso de la enfermedad por muchos años y mejorar la calidad de vida de aquellas personas que han desarrollado síntomas.

La terapia antirretroviral inhibe la replicación del virus VIH en el organismo. Una combinación de varias drogas antirretrovirales, conocida como Terapia Antirretroviral Altamente Activa (HAART, por sus sigla en inglés), ha sido muy efectiva en la reducción del número de partículas de VIH en el torrente sanguíneo (medidas con un examen llamado carga viral), lo que puede ayudar al sistema inmunitario a recuperarse de la infección por VIH y a mejorar los conteos de células T.

A pesar de que ésta no es una cura para el VIH y que las personas tratadas con HAART con niveles reducidos de VIH aún pueden transmitir el virus a los demás a través de las relaciones sexuales o el uso compartido de agujas, este tratamiento ha sido enormemente efectivo durante los últimos 10 años. Hay buena evidencia de que si los niveles de VIH permanecen inhibidos y el conteo de CD4 permanece alto (por encima de 200), se puede prolongar y mejorar significativamente la vida de la persona. Sin embargo, el VIH puede volverse resistente a la HAART en los pacientes que no toman sus medicamentos en el horario debido cada día. Actualmente, existe disponibilidad de pruebas genéticas para determinar si una cepa particular es resistente a una droga particular. Estas pruebas pueden ser útiles para determinar la mejor combinación de drogas y ajustar el régimen si comienza a fallar. Estas pruebas se deben llevar a cabo para cualquier curso de tratamiento que falle y antes de empezar la terapia.

Cuando el VIH se torna resistente a la HAART, se requiere un tratamiento de último recurso para tratar de inhibir la cepa del VIH resistente. Se utilizan diferentes combinaciones de medicamentos para intentar reducir la carga viral y existe una variedad de nuevas drogas que han salido al mercado para el tratamiento del VIH resistente a las drogas.

La terapia HAART no está exenta de complicaciones, ya que es una combinación de diferentes medicamentos y cada uno tiene su propio perfil de efectos secundarios. Algunos de estos efectos comunes son: náuseas, dolor de cabeza, debilidad, malestar general y acumulación de grasa en la espalda y en el abdomen ("joroba de búfalo"). Cuando se utilizan estos medicamentos a largo plazo se puede aumentar el riesgo de ataque cardíaco, afectando el metabolismo de las grasas, especialmente a través del incremento de lípidos y niveles de glucosa.

Todo médico que prescriba la HAART debe darle un seguimiento cuidadoso al paciente en busca de los posibles efectos asociados con la combinación de medicamentos administrada. Además, cada 3 a 4 meses, deben hacerse exámenes de sangre de rutina para medir los conteos de CD4 y la carga viral del VIH (un examen que mide cuánto virus se encuentra en la sangre). El objetivo es alcanzar un conteo de CD4 tan cercano a lo normal como sea posible y reducir los niveles de carga viral de VIH a un nivel indetectable.

Otros fármacos antivirales están en la etapa de investigación y muchos medicamentos nuevos están en desarrollo. Además, factores de crecimiento que estimulan el crecimiento celular, como el Epogen (eritropoyetina) y el G-CSF, se utilizan, en ocasiones, para el tratamiento de la anemia y de los bajos conteos de glóbulos blancos asociados con el SIDA.

También se utilizan medicamentos para prevenir las infecciones oportunistas (como la neumonía por Pneumocystis carinii) si el conteo de CD4 está muy bajo. Esto mantiene a los pacientes con SIDA más sanos durante períodos de tiempo más largos. Estas infecciones oportunistas se tratan en la medida en que se van manifestando.

Expectativas (pronóstico)

Actualmente, no existe una cura para el SIDA que es una enfermedad siempre mortal si no se suministra algún tratamiento. En los Estados Unidos, la mayoría de los pacientes sobrevive muchos años después del diagnóstico debido a la disponibilidad de la HAART. La HAART ha incrementado enormemente el tiempo entre el diagnóstico y la muerte, y las investigaciones continúan en las áreas de tratamientos farmacológicos y desarrollo de una vacuna. Infortunadamente, los medicamentos para la infección por VIH no siempre están disponibles en los países en desarrollo, donde la magnitud de la epidemia es incontenible, debido a razones socioeconómicas.

Complicaciones

Cuando un paciente se infecta con el VIH, el virus comienza a destruir lentamente su sistema inmunitario, pero la velocidad de este proceso varía de una persona a otra. El tratamiento con HAART puede ayudar a retardar y hasta detener la destrucción de dicho sistema inmunitario.

Una vez que el sistema inmunitario está seriamente dañado ya se dice que el paciente ha desarrollado el SIDA, y en ese momento es susceptible a infecciones y cánceres que la mayoría de adultos sanos no adquirirían. Sin embargo, el tratamiento antirretroviral aún puede ser muy efectivo, incluso en esa etapa de la enfermedad.

Situaciones que requieren asistencia médica Volver al comienzo

Se debe acudir al médico si existen factores de riesgo para la infección por VIH o si aparecen síntomas de SIDA. Por ley, los exámenes y resultados del SIDA son confidenciales y sólo podrán ser revisados por el médico en presencia del paciente.

Prevención

1. Ver el artículo sobre comportamiento sexual seguro para aprender a reducir las probabilidades de adquirir o diseminar el VIH y otras enfermedades de transmisión sexual.
2. Tratar de no consumir drogas intravenosas y, en caso de hacerlo, no compartir agujas ni jeringas. En la actualidad, muchas comunidades tienen programas de intercambio de jeringas en los cuales las jeringas usadas se pueden desechar y se pueden obtener jeringas nuevas estériles gratis. Estos programas también pueden ofrecer remisiones para el tratamiento de la adicción.
3. Evitar el contacto con la sangre de otra persona cuando no se conoce su estado con relación al VIH. Puede ser adecuado usar ropas protectoras, máscaras y gafas de seguridad cuando se le brinden cuidados a personas lesionadas.
4. Cualquier persona que tenga resultados positivos en el examen para VIH puede transmitir la enfermedad a otros y no debe donar sangre, plasma, órganos ni semen. Una persona infectada debe informarle a sus posibles parejas sexuales de su condición de VIH positivo, no debe intercambiar fluidos corporales durante la actividad sexual y debe usar siempre cualquier medida preventiva (como condones) que le brinden la mayor protección a la pareja.
5. Las mujeres VIH positivas que deseen quedar embarazadas deben buscar asesoría sobre los riesgos para el bebé y los avances médicos que pueden ayudarles a evitar que el feto se infecte con el virus. El uso de ciertos medicamentos puede reducir significativamente las probabilidades de que el bebé se infecte durante el embarazo.
6. Las mujeres que son VIH positivas no deben amamantar a sus bebés.
7. Las prácticas de "sexo seguro", como los condones de látex, son altamente efectivas para prevenir la transmisión del VIH. SIN EMBARGO, el riesgo de adquirir la infección sigue aún con el uso de condones. La abstinencia es el único método seguro de prevenir la transmisión sexual del VIH.

El comportamiento sexual de mayor riesgo es el contacto receptivo anal sin protección y el de menor riesgo el sexo oral. Practicarle sexo oral a un hombre se asocia con algún riesgo de transmisión del VIH, pero es menos riesgoso que la relación vaginal sin protección. La transmisión del virus de mujer a hombre es mucho menos probable que la transmisión hombre a mujer. Practicar sexo oral a una mujer que no tiene su período presenta un riesgo de transmisión bajo.

Los pacientes VIH positivos que están tomando medicamentos antirretrovirales tienen menores probabilidades de transmitir el virus. Por ejemplo, una mujer embarazada que está en tratamiento al momento del parto con cargas virales indetectables le transmite el VIH a su bebé en menos del 1% de las veces, comparado con aproximadamente el 20% si no se están utilizando medicamentos.

El suministro de sangre en los Estados Unidos está entre los más seguros del mundo. Casi todas las personas infectadas con VIH a través de transfusiones de sangre recibieron esas transfusiones antes de 1985, el año en el que comenzaron las pruebas para VIH para toda la sangre donada. En la actualidad, el riesgo de infección con VIH en los Estados Unidos a través de una transfusión sanguínea o hemoderivados es extremadamente bajo, incluso en áreas geográficas con alta prevalencia de VIH.

Si una persona cree que ha estado expuesta al VIH debe buscar atención médica INMEDIATAMENTE. Existe alguna evidencia de que un tratamiento inmediato con medicamentos antivirales puede reducir las probabilidades de que la persona sea infectada. Esto se denomina profilaxis pos exposición (PPE) y se ha utilizado para tratar a los trabajadores de la salud lesionados a causa de punciones con agujas para prevenir la transmisión final.

Hay poca información acerca de la efectividad de la PPE para personas expuestas a través de actividad sexual o consumo de drogas intravenosas. Sin embargo, si una persona cree que ha estado expuesta, debe discutir la posibilidad con un especialista reconocido (revisar las organizaciones de SIDA locales para obtener la información más reciente) tan pronto como sea posible. A todas las víctimas de violación se les debe ofrecer PPE y se deben considerar los riesgos y beneficios potenciales en su caso particular.

GONORREA ENFERMEDAD DE TRANSMISION SEXUAL

¿Qué es la gonorrea?

La gonorrea es una enfermedad de transmisión sexual (ETS), provocada por la Neisseria gonorrhoeae, una bacteria que puede crecer y multiplicarse fácilmente en áreas húmedas y tibias del tracto reproductivo, incluidos el cuello uterino (la abertura de la matriz), el útero y las trompas de Falopio (también llamadas oviductos) en la mujer, y en la uretra (conducto urinario) en la mujer y en el hombre. Esta bacteria también puede crecer en la boca, la garganta, los ojos y el ano.

¿Qué tan común es la gonorrea?

La gonorrea es una enfermedad infecciosa muy frecuente. Los CDC calculan que más de 700,000 personas en los EE.UU. contraen nuevas infecciones por gonorrea al año. Solamente cerca de la mitad de estas infecciones son comunicadas a los CDC. En el año 2002, se reportaron 351,852 casos de gonorrea a los CDC. La tasa nacional de casos de gonorrea disminuyó entre 1975 y 1997 a raíz de la puesta en práctica del programa nacional para el control de la gonorrea, a mediados de la década de 1970. Después de un pequeño aumento en 1998, la tasa de la gonorrea ha disminuido levemente desde 1999. En el año 2002, la tasa reportada de esta infección fue de 125 por cada 100,000 personas.

¿Cómo se contrae la gonorrea?

La gonorrea se transmite por contacto con el pene, la vagina, la boca o el ano. No es necesario que se dé la eyaculación para transmitir o contraer la gonorrea. La gonorrea también puede transmitirse de madre a hijo durante el parto.

Las personas que han tenido gonorrea y han sido tratadas pueden infectarse nuevamente si tienen relaciones sexuales con una persona que tiene la enfermedad.

¿Quién está expuesto al riesgo de contraer la gonorrea?

Toda persona sexualmente activa puede infectarse con gonorrea. En los Estados Unidos, las tasas más altas de infección se registran entre adolescentes sexualmente activos, jóvenes adultos y afro-americanos.

¿Cuáles son los signos y síntomas de la gonorrea?

Aun cuando es probable que muchos hombres con gonorrea no tengan ningún síntoma, en algunos aparecerán algunos signos y síntomas de dos a cinco días después de contraer la infección. Algunos síntomas pueden tardar hasta 30 días en aparecer. Entre los signos y síntomas se encuentran la sensación de ardor al orinar y una secreción blanca, amarilla o verde del pene. Algunas veces a los hombres con gonorrea les duelen los testículos o se les inflaman.

La mayoría de las mujeres con gonorrea no tienen síntomas, y si los tienen, éstos son leves. Incluso cuando tienen síntomas, pueden ser tan poco específicos que se confunden con los síntomas de una infección vaginal o de cistitis. Entre los primeros síntomas y signos en las mujeres se encuentran una sensación de dolor o ardor al orinar, aumento del flujo vaginal y hemorragia vaginal entre períodos. Las mujeres con gonorrea están expuestas al riesgo de tener graves complicaciones de la infección, independientemente de la presencia o gravedad de los síntomas.

Entre los síntomas de infección rectal tanto en hombres como en mujeres, puede haber secreción, picazón, dolor y sangrado en el ano y dolor al defecar. También es probable que la infección rectal no esté acompañada de síntomas. Las infecciones de la garganta puede que provoquen dolor de garganta, pero por lo general no se presenta ningún síntoma.

¿Cuáles son las complicaciones de la gonorrea?

Cuando la gonorrea no es tratada, puede provocar problemas graves y permanentes de salud tanto en hombres como en mujeres.

En las mujeres, la gonorrea es una causa frecuente de enfermedad inflamatoria pélvica (EIP). Anualmente, cerca de un millón de mujeres en los Estados Unidos contraen EIP. Las mujeres con EIP no tienen necesariamente síntomas. Pero cuando sí se presentan, pueden ser muy graves e incluir dolor abdominal y fiebre. La EIP puede provocar abscesos internos (pústulas llenas de pus difíciles de curar) y dolor pélvico crónico prolongado. La EIP puede causar daños a las trompas de Falopio y producir infertilidad o aumentar el riesgo de un embarazo ectópico. El embarazo ectópico es una afección potencialmente mortal en la cual un óvulo fecundado crece fuera del útero, usualmente en una trompa de Falopio.

En los hombres, la gonorrea puede provocar epididimitis, una afección dolorosa de los testículos que puede provocar infertilidad si no es tratada.

La gonorrea puede propagarse a la sangre y a las articulaciones. Esta afección puede ser potencialmente mortal. Además, las personas con gonorrea pueden fácilmente infectarse con el VIH, el virus que causa el SIDA. Las personas infectadas con VIH que tienen gonorrea tienen más probabilidad de transmitir el VIH a otra persona.

¿Qué efectos tiene la gonorrea en la mujer embarazada y en su bebé?

Si una mujer embarazada tiene gonorrea, es probable que le transmita la infección a su bebé cuando éste pasa por la vía de parto durante el nacimiento, lo que puede provocar ceguera, infección en las articulaciones y una infección sanguínea potencialmente mortal en el bebé. Tratar la gonorrea tan pronto como es detectada en la mujer embarazada reducirá el riesgo de estas complicaciones. Se aconseja que las mujeres embarazadas vean a un proveedor de atención médica para que sean examinadas y se les hagan las pruebas y el tratamiento necesarios.

¿Cómo se diagnostica la gonorrea?

Existen varias pruebas de laboratorio para diagnosticar la gonorrea. Un médico o una enfermera puede tomar una muestra de las partes del cuerpo que pudieran estar infectadas (cuello uterino, uretra, recto o garganta) y enviarla a un laboratorio para que sea analizada. La gonorrea presente en el cuello uterino o en la uretra puede ser diagnosticada en el laboratorio con un sencillo análisis de una muestra de orina. Una prueba rápida de laboratorio que puede realizarse en algunas clínicas y consultorios médicos es la prueba de tinción de Gram. La tinción de Gram de una muestra de la uretra o del cuello del útero permite al médico visualizar la bacteria en el microscopio. Este examen funciona mejor en los hombres que en las mujeres.

¿Cuál es el tratamiento de la gonorrea?

Existen varios antibióticos con los cuales se puede tratar exitosamente la gonorrea en adolescentes y adultos. Sin embargo, ha estado aumentando el número de cepas de gonorrea resistentes a las medicinas en muchas partes del mundo, incluidos los Estados Unidos, por lo que el tratamiento de la gonorrea se hace cada vez más difícil. Dado que muchas personas con gonorrea también tienen clamidia, otra enfermedad de transmisión sexual, se suele recetar antibióticos para tratar ambas infecciones al mismo tiempo. Se recomienda que las personas con gonorrea también se hagan pruebas para detectar otras ETS.

Para curar la gonorrea, es necesario tomar toda la medicina recetada. Si bien la medicina detendrá la infección, no remediará ninguna lesión permanente provocada por la enfermedad. Las personas que han tenido gonorrea y se han curado, pueden contraer nuevamente la enfermedad si tienen relaciones sexuales con personas infectadas con gonorrea. Si los síntomas en una persona persisten después del tratamiento, debe regresar al médico para que sea evaluada nuevamente.

¿Cómo puede prevenirse la gonorrea?

La manera más segura de evitar el contagio de enfermedades de transmisión sexual es absteniéndose del contacto sexual o tener una relación duradera, mutuamente monógama, con una pareja a quien se le han hecho pruebas y se sabe que no está infectada.

Los condones de látex, cuando se usan de manera habitual y correcta, pueden reducir el riesgo de transmisión de la gonorrea.

Todo síntoma genital, como por ejemplo secreción o ardor al orinar, una úlcera poco usual o una irritación, debe ser razón para dejar de tener relaciones sexuales y consultar a un proveedor de atención médica de inmediato. Si a una persona se le ha diagnosticado gonorrea y ha recibido tratamiento contra esta enfermedad, debe informarle de esto a todas sus parejas sexuales recientes para que éstas vean a un proveedor de atención médica y reciban tratamiento. Esto reducirá el riesgo de que las parejas sexuales presenten complicaciones graves por la gonorrea y reducirá el riesgo de reinfección en una persona. La persona con gonorrea y todas sus parejas sexuales deben evitar tener relaciones sexuales hasta que hayan terminado su tratamiento contra la enfermedad.

ENFERMEDADES DE TRANSMISIÓN SEXUAL SIFILIS

¿Qué es la sífilis?

La sífilis es una enfermedad de transmisión sexual (ETS) provocada por la bacteria Treponema pallidum. A menudo se le ha llamado “la gran imitadora” porque muchos de sus signos y síntomas no pueden ser diferenciados de los de otras enfermedades.

¿Qué tan común es la sífilis?

En los Estados Unidos, según las autoridades de salud, se registraron 32,000 casos de sífilis en el año 2002, de los cuales 6,862 eran casos de sífilis primaria y secundaria. La mitad de todos los casos de sífilis primaria y secundaria reportados en 2002 ocurrieron en 16 condados y una ciudad; la mayoría de ellos ocurrieron en personas entre 20 y 39 años de edad. La tasa más alta de sífilis infecciosa se registró entre mujeres de 20 a 24 años de edad y entre hombres de 35 a 39 años. Los casos de sífilis congénita reportados entre recién nacidos disminuyeron de 492 casos en 2001 a 412 en 2002.

Entre 2001 y 2002, el número de casos reportados de sífilis primaria y secundaria aumentó en 12.4%. Las tasas en la población femenina continuaron en descenso y, en general, la tasa entre los hombres fue 3.5 veces más alta que la de las mujeres. Esto, aunado a los informes de brotes de sífilis entre hombres que mantienen relaciones sexuales con otros hombres (conocidos como MSM, por sus siglas en inglés), parece indicar que las tasas de sífilis entre estos hombres están aumentando.

¿Cómo se contrae la sífilis?

La sífilis pasa de una persona a otra a través del contacto directo con un chancro sifilítico. Los chancros aparecen principalmente en los genitales externos, la vagina, el ano o el recto. También pueden aparecer en los labios y en la boca. La transmisión de la bacteria ocurre durante las relaciones sexuales vaginales, anales u orales. Las mujeres embarazadas que tienen esta enfermedad pueden pasársela a los bebés que llevan en el vientre. La sífilis no se propaga por el contacto con inodoros, manillas de puertas, piscinas, bañeras y jacuzzis ni por compartir ropa ni cubiertos.

¿Cuáles son los signos y síntomas de la sífilis en adultos?

Muchas personas que tienen sífilis están libres de síntomas por años, pero enfrentan el riesgo de complicaciones si no se tratan la enfermedad. Aunque parece que la transmisión ocurre a partir de personas con chancros, quienes están en la fase primaria o secundaria de la enfermedad, muchos de estos chancros pasan desapercibidos. Por lo tanto, la transmisión se da principalmente a partir de personas que no saben que están infectadas.

Fase primaria
La fase primaria de la sífilis suele estar marcada por la aparición de una sola úlcera (llamada chancro), pero puede que aparezcan múltiples úlceras. El tiempo que transcurre entre la infección por sífilis y la aparición del primer síntoma puede variar de 10 a 90 días (con un promedio de 21 días). Por lo general, el chancro es firme, redondo, pequeño e indoloro. Aparece en el sitio por donde la sífilis entró al organismo. El chancro dura de 3 a 6 semanas y se cura sin tratamiento. Sin embargo, si no se administra el tratamiento adecuado, la infección progresa hasta pasar a la fase secundaria.

Fase secundaria
La fase secundaria se caracteriza por irritaciones en la piel y lesiones en las membranas mucosas. Esta fase suele comenzar con la aparición de una irritación en una o más áreas del cuerpo. Por lo general, la irritación no produce picazón. Las irritaciones asociadas a la sífilis secundaria pueden aparecer mientras se cura el chancro o varias semanas después de que el chancro se haya curado. La irritación característica de la sífilis secundaria puede tomar el aspecto de puntos rugosos, de color rojo o marrón rojizo, tanto en la palma de las manos como en la planta de los pies. Sin embargo, también pueden aparecer irritaciones de apariencia diferente en otras partes del cuerpo, que algunas veces se parecen a irritaciones provocadas por otras enfermedades. Algunas veces, las irritaciones asociadas a la sífilis secundaria son tan leves que pasan desapercibidas. Además de las irritaciones, puede que se presenten otros síntomas durante la fase secundaria, que incluyen fiebre, inflamación de los ganglios, dolor de garganta, pérdida irregular del cabello, dolor de cabeza, pérdida de peso, dolores musculares y fatiga. Los signos y síntomas de la sífilis secundaria desaparecerán con tratamiento o sin tratamiento, pero la infección progresará hasta las fases latente y terciaria de la enfermedad, si no se administra ningún tratamiento.

Fase terciaria
La fase latente (escondida) de la sífilis comienza con la desaparición de los síntomas de la fase secundaria. Sin tratamiento, la persona infectada seguirá teniendo sífilis aun cuando no tenga ni signos ni síntomas; la infección permanece en el organismo. En la fase terciaria, la sífilis puede lesionar los órganos internos, entre ellos el cerebro, los nervios, los ojos, el corazón, los vasos sanguíneos, el hígado, los huesos y las articulaciones. Las lesiones internas pueden aparecer muchos años más tarde. Entre los signos y síntomas de la fase terciaria de la sífilis se encuentran la dificultad para coordinar los movimientos musculares, parálisis, entumecimiento, ceguera gradual y demencia. Estas lesiones pueden ser lo suficientemente graves como para producir la muerte.

¿Qué efectos tiene la sífilis en la mujer embarazada y en su bebé?

La bacteria de la sífilis puede infectar al bebé de una mujer durante el embarazo. Dependiendo de cuánto tiempo una mujer embarazada ha estado infectada, puede enfrentar un alto riesgo de tener un mortinato (bebé nacido muerto) o dar a luz un bebé que muere poco después de haber nacido. Un bebé infectado puede que nazca sin los signos y síntomas de la enfermedad. Sin embargo, si no es sometido a tratamiento de inmediato, el bebé puede presentar serios problemas al cabo de unas cuantas semanas. Si estos bebés no reciben tratamiento, pueden sufrir de retardo del desarrollo, convulsiones o morir.

¿Cómo se diagnostica la sífilis?

Algunos proveedores de atención médica pueden diagnosticar la sífilis mediante el examen del material de un chancro (úlcera infecciosa) en un microscopio especial llamado microscopio de campo oscuro. Si las bacterias de la sífilis están presentes en el chancro, se notarán al microscopio.

El examen de sangre es otra manera de determinar si una persona tiene sífilis. Poco tiempo después de que una persona se infecta, el organismo produce anticuerpos que pueden ser detectados mediante un examen de sangre seguro, preciso y económico. El nivel de anticuerpos en la sangre será bajo durante meses o incluso años después de que la enfermedad se ha curado. Dado que una sífilis no tratada en una mujer embarazada puede infectar y posiblemente provocar la muerte de su bebé, toda mujer embarazada debería hacerse un examen de sangre para la detección de la sífilis.

¿Cual es la relación entre la sífilis y el VIH?

Las úlceras genitales (chancros) producidos por la sífilis hacen que sea más fácil trasmitir y contraer la infección por VIH por vía sexual. Se calcula que el riesgo de contraer la infección por VIH es de 2 a 5 veces más alto cuando está presente la sífilis.

Las ETS ulcerosas que producen chancros, úlceras o rupturas de la piel o de las mucosas, tales como la sífilis, rompen las barreras que protegen contra las infecciones. Las úlceras genitales producidas por la sífilis pueden sangrar fácilmente y cuando entran en contacto con la mucosa oral o rectal durante la relación sexual aumentan las probabilidades de infección y la susceptibilidad al VIH. Padecer de otras ETS es un importante factor que predispone a la posibilidad de contraer la infección por VIH porque las ETS son un marcador de las conductas asociadas a la transmisión del VIH.

¿Cuál es el tratamiento de la sífilis?

La sífilis es fácil de curar en las primeras fases. Si una persona ha tenido sífilis durante menos de un año, la enfermedad se curará con una sola inyección intramuscular de penicilina, que es un antibiótico. Si una persona ha tenido sífilis por más de un año, necesitará de dosis adicionales. Para las personas que son alérgicas a la penicilina, hay otros antibióticos disponibles para tratar la sífilis. La sífilis no puede curarse con remedios caseros ni con medicinas que se venden sin receta médica. El tratamiento matará la bacteria de la sífilis y evitará futuras lesiones, pero no remediará las lesiones ya ocasionadas.


Dado que se dispone de un tratamiento eficaz, es importante que las personas se hagan pruebas de detección de la sífilis de manera constante si practican conductas sexuales que las enfrentan al riesgo de contraer ETS.

Las personas que reciben tratamiento contra la sífilis deben abstenerse de tener contacto sexual con parejas nuevas hasta que los chancros sifilíticos hayan desaparecido por completo. Las personas que tienen sífilis deben comunicárselo inmediatamente a sus parejas de manera que éstas también se sometan a las pruebas y reciban tratamiento si es necesario.

¿Es recurrente la sífilis?

El hecho de que una persona haya tenido sífilis una vez no la protege de tenerla de nuevo. Una persona puede seguir siendo susceptible a la reinfección aun cuando se haya curado con el tratamiento. Solamente las pruebas de laboratorio pueden confirmar si una persona tiene sífilis. Dado que los chancros sifilíticos pueden estar escondidos en la vagina, el recto o la boca, es probable que una persona no se entere de que su pareja sexual tiene sífilis. El proveedor de atención médica ayudará a determinar si es necesario hacer nuevamente las pruebas de detección de la sífilis después de que haya concluido el tratamiento.

¿Cómo puede prevenirse la sífilis?

La manera más segura de evitar contraer enfermedades de transmisión sexual, incluida la sífilis, es absteniéndose del contacto sexual o tener con una relación duradera, mutuamente monógama, con una pareja a quien le han hecho las pruebas y se sabe que no está infectada.

Abstenerse de consumir alcohol y drogas puede también ayudar a evitar la transmisión de la sífilis ya que estas actividades pueden conllevar a adoptar una conducta sexual peligrosa. Es importante que las parejas sexuales hablen entre ellas si tienen el VIH y si en el pasado han tenido otras ETS, de manera que puedan tomar acciones preventivas.

Las úlceras genitales que provocan ciertas enfermedades, como la sífilis, pueden aparecer tanto en las áreas genitales masculinas como las femeninas, estén o no cubiertas o protegidas con un condón de látex. El uso correcto y habitual de los condones de látex puede reducir el riesgo de contraer la sífilis, así como los herpes genitales y los chancros, solamente si el área infectada o el área de posible contacto está protegida.

Los condones lubricados con espermicidas (especialmente el Nonoxynol-9 ó N-9) no son más eficaces que cualquier otro condón lubricado a la hora de evitar la transmisión de las ETS. Según resultados de varios estudios, el N-9 mismo puede producir lesiones genitales que permiten la entrada del VIH y de otras ETS. En junio de 2001, los CDC recomendaron que no se usara el N-9 como microbicida o lubricante durante las relaciones sexuales anales. La transmisión de una ETS, incluida la sífilis, no puede prevenirse con lavarse los genitales, orinar o hacerse una ducha vaginal después de la relación sexual. Cualquier secreción, úlcera o irritación, en particular en el área de la ingle, debe ser señal para dejar de tener relaciones sexuales y ver a un médico de inmediato.

¿Cómo puede una enfermedad crónica afectar mi vida sexual?

Una enfermedad crónica es un problema de salud que usted tiene por un período de tiempo largo tal como una enfermedad del corazón, diabetes, artritis o cáncer.

Las personas que tienen una enfermedad crónica pueden sentirse cansadas y deprimidas durante bastante tiempo. Pueden tener dolor, rigidez o dificultad para dormir. Pueden necesitar medicamentos u otros tratamientos que pueden afectar su vida sexual. Pueden tener que someterse a una cirugía que puede cambiar la apariencia de su cuerpo. A consecuencia de esto, pueden tener menos interés por el sexo o pueden no disfrutar del sexo del mismo modo que solían hacerlo.

Sugerencias para mantener una vida sexual saludable si usted tiene una enfermedad crónica

Lea sobre su enfermedad. Existen muchos libros de auto-ayuda que hablan sobre sexo y enfermedades crónicas específicas. Usted también puede unirse a un grupo de apoyo para hablar acerca de su enfermedad.

Si usted tiene un problema de salud crónico, lo siguiente puede ayudarle a prepararse para la actividad sexual:



  • Planee la actividad sexual para la hora del día en que usted tiene más energía y en que su problema de salud le molesta menos.
  • Asegúrese de estar descansado y relajado
  • Espere por lo menos dos horas después de comer antes de tener sexo.
  • Si usted necesita tomar calmantes para el dolor para sentirse mejor, tome el medicamento 30 minutos antes de tener actividad sexual.
  • Limite la cantidad de alcohol que usted toma y evite usar tabaco en cualquier forma. El alcohol y el tabaco pueden afectar el funcionamiento sexual.
Lo siguiente podría ayudar a mantener su vida sexual:

  • Tómense de las manos, abrace y toque a su pareja, incluso cuando no planea tener sexo.
  • Use sus sentidos para hacer que la actividad sexual sea más placentera. Por ejemplo, use sábanas de satín en la cama, encienda velas aromáticas o ponga música.
  • Dígale a su pareja lo que le gusta y lo que no le gusta. Preste atención a lo que le gusta y lo que no le gusta a su pareja.
  • Ensayen distintas posiciones sexuales para encontrar posiciones que sean cómodas para usted y su pareja o use almohadas para mayor comodidad.
  • Use lubricantes personales (un nombre de marca: K-Y Jelly) para ayudar a disminuir el malestar que ocurre con el coito.

PORNOGRAFIA SEXO EXPLICITO O IMPLICITO

¿Sexo explícito o implícito?
La masificación de los medios de comunicación ha llevado a que la pornografía esté cada vez más cerca de la gente, independiente del carácter demostrativo o tácito que pueda tener el género.

Especialistas afirman que la pornografía no es dañina si es supervisada por adultos. Las patologías se comienzan a dar cuando los protagonistas son niños.

En el último tiempo a aumentado el sexo implícito en la televisión abierta. Este fenómeno va acompañado del abismante crecimiento que ha tenido la explotación de la imagen femenina.




Es una realidad. El sexo está entre nosotros, a diario, en cada esquina y en todos los lugares. La explotación que ha tenido la imagen femenina en los distintos medios de comunicación, más el destape que ha caracterizado en el ultimo tiempo a algunas series de televisión, lleva a cuestionarse cuál es el limite entre el sexo explícito e implícito y qué los diferencia.

Primero hay que comenzar por diferenciar que es lo que se entiende por estos populares conceptos. Al sexo explícito o pornografía, se le reconoce como aquel en que se muestran los genitales mientras se realiza el acto sexual y cuyo único propósito es el de excitar al espectador.

Ante esto llaman la atención las cifras que arroja la cultura 'porno'. Estadísticas demuestran que es el género más popular, con cerca de 10 mil estrenos cinematográficos anuales. A esto se le suma la masificación del 'cibersexo', fenómeno que cuenta con más de 128 mil millones de sitios en Internet, los cuales son visitados a diario por un sinnúmero de personas. En Estados Unidos, esta industria recibe ganancias estimadas entre 9 mil y 13 millones de dólares al año. De ellos, cerca de 6 millones corresponden a la venta de películas en DVDs y cintas de video.

Tan masiva y popular se ha vuelto la pornografía, que especialistas plantean que lo peor es oponerse a este género, ya que cuando se comienzan a promover productos en forma clandestina, nacen verdaderas mafias y se comienza a incurrir en otro tipo de delitos.

Expertos explican que el éxito de la pornografía radica en el aspecto secreto que se le asigna en la sociedad. Por ejemplo, ya dejó de ser novedoso ver revistas sobre sexo explícito en los quioscos, producto que la gente se acostumbró a verlo siempre en el mismo lugar. Esto no se repite todavía con las películas o el cibersexo, soportes que permanecen bajo la sombra de la prohibición y la censura.

NECESIDAD DE PORNOGRAFIA

Sexólogos afirman que el hombre cada media hora tiene una visión sexual. Esto se produce en el momento que observa la imagen de una mujer o que alguna persona del sexo opuesto lo cautiva con algún atributo físico. Los especialistas agregan que el sexo explícito como fenómeno natural, es un simple reflejo de la realidad, pasando a ser perjudicial sólo cuando se comienza a abusar de la pornografía y se empieza a mezclar con otras prácticas que dañan la integridad física.

PORNOGRAFIA DAÑINA Tras la masificación de Internet, se ha formado un verdadero supermercado del sexo, vitrina que atrapa a todos, en menor o mayor medida aunque no se quiera. Pero, sin duda, lo que ha llevado a esta red masiva a niveles extremistas de carácter criminal, es la pornografía infantil y las redes pederastas.

Médicos sostienen que el sexo explícito es dañino cuando se comienzan a utilizar menores en actividades sexuales propias de adultos. Internet es frecuentemente inundada de sitios en los que se muestran a niños siendo abusados sexualmente, ademas de combinar estas prácticas con maltratos y sadomasoquismo. Aquí se comienza a incurrir en lo que se llama pornografía patológica, en donde el individuo busca satisfacerse mediante la estimulación de sus patologías sexuales.

SEXO IMPLICITO

El sexo implícito, que se da mayoritariamente en los canales de televisión abierta, tiene igual o incluso más adeptos que la pornografía. Al igual que el sexo explícito, el género mencionado anteriormente, este tampoco es considerado dañino por los especialistas, siempre cuando los programas sean exhibidos en horarios de adultos y, si son vistos por niños, que sean supervisados por sus padres.

La falencia que se le podría atribuir al sexo implícito es la sobreexposición de la mujer, situación que no es compensada con la imagen del hombre. Este fenómeno da la sensación de machismo, de que sólo la mujer se debe mostrar para la satisfacción del sexo masculino mediante la exhibición femenina.

REGULACION

El jefe del departamento de supervisión del Consejo Nacional de Televisión, Jorge Jaraquemada, explica que la ley faculta al CNTV para regular ciertos contenidos.

"La norma prohibe las escenas de sexo explicito, y si una de estas es emitida por televisión, cualquiera sea su horario, el consejo está facultado para formularle cargos", enfatiza.

Jaraquemada plantea que "la sanción del departamento de supervisión consta de un informe técnico, que es analizado por el Consejo para determinar si sus contenidos vulneran alguna norma que rige la televisión chilena. Se formula un cargo al canal correspondiente, el que tiene un plazo de cinco días para presentar sus descargos, frente a los cuales el Consejo decide si sanciona o absuelve de los cargos al canal. Las sanciones van dese una amonestación, hasta multas de hasta 200 UF o la suspensión de la emisión cuando las faltas son reiteradas".

SEXUALIDAD Y EDUCACIÓN SOBRE LAS DESVIACIONES SEXUALES

LAS DESVIACIONES SEXUALES

Los psicólogos y psiquiatras consideran a las desviaciones sexuales o parafilias como comportamientos sexuales que caracterizan a un sujeto, el cual requiere de fantasías, objetos o acciones que son extrañas, poco naturales y bizarras para lograr excitación sexual. Es característico también de este tipo de comportamiento la compulsividad con que son cometidos, pudiendo llegar a provocar daño físico o psicológico si se convierte en la preferente o exclusiva manera de disfrutar del acto sexual.

Desviar, literalmente significa apartarse de un
curso establecido. En cuestiones sexuales el término es utilizado para describir un comportamiento que difiere de lo que es considerado como normal. Sin embargo, es importante recalcar que la presencia esporádica de elementos no tradicionales en la vida sexual de una persona no define a esta como desviada, por cuanto la vida sexual es normal mientras sea grata para la persona y tenga la capacidad de enriquecer y flexibilizarse.

Que la sexualidad de una persona logre incorporar nuevos elementos permite que la expresión y funcionamiento de la esfera sexual del sujeto pueden encontrar nuevas formas de expresión y satisfacción, lo cual se traduce en un enriquecimiento de la vida sexual.

En dicha búsqueda se pueden encontrar presentes nuevos intereses y deseos de la persona. Dichos elementos posibilitan el crecimiento y el desarrollo de la vida sexual, y en esta búsqueda de nuevas experiencias pueden estar participando elementos que componen las desviaciones, como deseos de sexo alterno al coito vaginal (sexo oral por ejemplo). Sin embargo cabe aclarar que la sola presencia de estos elementos no define a la perversión o desviación sexual, y su presencia en la vida sexual normal es más bien aconsejable que reprochable.

La sexualidad alcanza niveles de anormalidad o de desviación cuando presenta una rigidez en su deseo, en expresión y satisfacción, y puede verse apreciada bajo la orientación sexual dirigida a objetos de deseo determinados y característicos de ella, como objetos inanimados o animales, o bien a una situación particular de relación sexual atípica con otros. A modo de ejemplo se mencionan las siguientes parafilias:

· Sadismo: Desviación sexual en la cual la gratificación y la excitación sexual se logra al infligir dolor o humillación a su pareja.

· Masoquismo: Desviación sexual en la cual la gratificación sexual y la excitacion sexual se logra cuando la persona es psicológica o físicamente maltratado por su pareja o por sí mismo.

· Voyerismo: Desviación sexual que se caracteriza en lograr la excitación sexual al observar, sin que este sea visto, a otras personas haciendo algún acto sexual.

· Exhibicionismo: Desviación sexual en la cual el sujeto muestra sus genitales a otras personas en un lugar y en una situación social absolutamente inapropiada, lo cual es vivido como excitante. El exhibiocionista suele ser hombre.

· Pedofilia: Desviación sexual en la cual se logra excitación a través de fantasía o contactos sexuales con menores de edad.

· Zoofilia: Desviación sexual en la cual, ya sea en fantasía o en la realidad, los animales son usados para lograr excitación sexual.

· Transvestismo: Desviación sexual que se caracteriza por la necesidad del sujeto de vestirse con la ropa propia de las personas del sexo opuesto, para lograr así la excitación sexual.

· Fetichismo: Desviación sexual en la que el sujeto logra la excitación y el placer sexual sustituyendo la pareja por un objeto inanimado, ya sea un zapato o generalmente alguna prenda de vestir

· Necrofilia: Parafilia donde el sujeto se ve atraido sexualmente por cadáveres y busca tener relaciones sexuales con estos.

· Coprofilia: Parafilia donde el sujeto muestra una atraccion sexual hacia los excrementos humanos o animales.

· Urolagnia: Desviación sexual en la que se exhibe una fuerte atracción por la orina y/o los procesos urinarios del compañero sexual.

Desviaciones sexuales mas comunes



Parafilia...

A raiz de los articulos publicados referentes a la necrofilia (sexualidad con un cadaver) y a la zoofilia (sexualidad con animales), recibi muchos correos sobre cuales son las desviaciones sexuales analizadas por la psiquiatría.

Por lo tanto, en los próximos artículos publicaremos el listado de las más conocidas

frente a esto es conveniente tener claro el termino de Parafilia

Copio textual de wikipedia

Una parafilia (del griego παρά, para, "al margen de", y φιλία, filía, "amor") es un patrón de comportamiento sexual en el que la fuente predominante de placer no se encuentra en la cópula, sino en alguna otra actividad. Las parafilias se consideran inocuas —y, de hecho, de acuerdo a algunas teorías psicológicas son parte integral de la psique normal— salvo cuando están dirigidas a un objeto potencialmente peligroso, dañino para el sujeto o para otros, o cuando impiden el funcionamiento sexual normal.

Las consideraciones acerca del comportamiento considerado parafílico dependen en un grado muy elevado de las convenciones sociales imperantes en un momento y lugar determinados; ciertas prácticas, como la homosexualidad o la masturbación fueron consideradas parafílicas en su momento, aunque ahora se consideran variaciones normales y aceptables del comportamiento sexual en la sociedad moderna. Debido a ello, es imposible elaborar un catálogo definitivo de las parafilias. Las definiciones más usuales recogen comportamientos como el sadismo, el masoquismo, el exhibicionismo, el voyeurismo, la zoofilia, la coprofilia, la necrofilia, el fetichismo o el frotismo.

En cuanto al origen de las parafilias, no se ha podido demostrar la existencia de ninguna alteración orgánica o psicológica que las explique. Se han formulado diversas hipótesis pero ninguna de ellas cuenta con pruebas científicas que las corroboren. Se ha sugerido que estas personas podrían tener niveles altos de andrógenos.

También se ha especulado sobre una posible relación entre conducta parafílica y lesión del lóbulo temporal.

Desde el punto de vista psicológico, la teoría del aprendizaje supone que estas conductas se instauran por haber sido reforzadas en una época determinada, generalmente durante la pubertad.

Las escuelas psicoanalíticas, por su parte defienden que algunas de las parafilias serían una consecuencia del complejo de castración en la fase edípica.


Los tratamientos para este grupo de comportamientos —tanto conductuales como psicoanalíticos— han demostrado escasa eficacia.
Las parafilias son diez veces más frecuentes en varones que en mujeres.

Abasiofilia: la pareja debe ser coja.

Acomoclitismo: excitación por genitales lampiños o depilados.
Acrotomofilia: fantasía de tener relaciones con una persona que posee un miembro amputado.

Acrofilia: Excitación por parejas sexuales muy altas.

Actirastia: Excitación sexual proveniente de la exposición a los rayos del sol.

Acucullofilia: Excitación sexual por los penes circuncidados.

Agenobiosis: Convivencia matrimonial sin mantener relaciones sexuales.

Agonophilia: Excitación proveniente de una lucha con la pareja.

Agrexofilia Excitación producida por el hecho de que la actividad sexual sea oída por otras personas

Albutofilia Excitación pensando en baños y duchas calientes.

Algofilia Excitación producida por el dolor. Se diferencia del masoquismo por la ausencia del componente erótico.

Agorafilia Atracción por la actividad sexual en lugares públicos.

Aloerastia Excitación de la pareja mediante la desnudez de un tercero.

Alopelia Excitación al ver a otros teniendo una relación sexual.

Alorgasmia Excitación proveniente de fantasear durante el acto sexual con otra persona que no sea la pareja.

Alotriorastia Excitación por parejas sexuales de otras razas. Igual a miscegenación y sexo interracial

Altocalcifilia Atracción por los zapatos de tacones altos.

Alveofilia Atracción por tener relaciones sexuales en una bañera.

Alvinolagnia Atracción sexual sólo por los estómagos.

Amaurofilia Atracción por las parejas ciegas o con los ojos vendados.

Amelotasis Atracción sexual hacia personas con ausencia de algún miembro.


Amiquesis Excitación sexual al rascar a la pareja durante el acto sexual.

Amokoscisia Excitación por el deseo de castigar a la pareja sexual.

Amomaxia Excitación sólo al realizar una relación sexual dentro de un automóvil estacionado.

Anastimafilia Atracción sexual por personas con sobrepeso.

Androginofilia Atracción sexual por personas andróginas.

Androidismo Atracción por muñecos o robots con aspecto humano.

Andromimetofilia Atracción sólo por las mujeres vestidas de hombres. Una mujer representa y se comporta sexualmente como hombre y el hombre adopta el rol de la mujer. En la penetración anal el sujeto pasivo será el hombre y el activo, la mujer. (Andromimetofilia y Ginemimetofilia)

Anisonogamia Atracción por una pareja sexual mucho más joven o mucho mayor.

Anofelorastia Excitación al profanar objetos considerados sagrados.

Antolagnia Excitación por oler flores.

Apotemnofilia Excitación sexual por la idea de ser amputado.

Aracnofilia Atracción por las arañas.

Astenolagnia Atracción por la humildad, la humillación o la debilidad sexual ajena.

Asfixiofilia Atracción por estrangular, asfixiar o ahogar a la pareja durante el acto sexual, con su consentimiento y sin llegar a matarla.

Audiolagnia El estímulo principal proviene de la audición.

Autagonistofilia Atracción por ser visto por otras personas durante el acto sexual.

Autoabasiofilia Excitación por estar o volverse cojo.

Autoasasinofilia Fantasía masoquista de ser asesinado.

Autoasfixiofilia Excitación por ser asfixiado durante el acto sexual.

Autocateterismo Masturbación a través de la introducción de objetos en la vejiga o uretra.

Autoconsuerofilia Cocerse ciertas partes del cuerpo con fin de placer sexual.

Autocunnilinguo Masturbación a través de auto sexo oral.

Automisofilia Atracción por ser ensuciado o corrompido.

Autonepiofilia Excitación por utilizar pañales y ser tratado como un bebé.

Autopederastia Encontrar sólo placer introduciendo el pene en su propio ano.

Autoungulafilia Conseguir placer rascándose sus propios genitales.

Avisodomía Relación sexual con aves.

Axilismo Masturbación dentro de la axila de la pareja

fuente wikipedia

SEXUALIDAD Y VALORES CRISTIANOS

SITUACIÓN MORAL DE LA SEXUALIDAD
Pbro. Jorge M. Blanco Calderón
Moralista
Introducción

Hombre y mujer, en su camino procesual de realización humana, reconocen en sí mismos su capacidad de decidirse libremente y reconocen, a la vez, que sus decisiones están ligadas a un deber de respeto y también realización a y de sí mismo, prójimo, comunidad, naturaleza.

Así mismo, hombres y mujeres de nuestro tiempo están cada vez más persuadidos de que la dignidad y la vocación humanas piden que, iluminados por la inteligencia, ellos descubran los valores ya existentes en sus propias personas, que los desarrollen constantemente y que los realicen en su vida para un progreso aún mayor

El ser humano, sin embargo, en sus juicios acerca de los valores morales, no puede proceder según su personal arbitrio. el descubre, en lo más profundo de su conciencia, la existencia de una ley, que él no se dicta a sí mismo, pero a la cual debe obedecer...advirtiéndole que debe amar y practicar el bien y que debe evitar el mal... (y) en cuya obediencia consiste la dignidad humana y por lo cual será juzgado personalmente, (GS 16).

Al mismo tiempo no debemos olvidar, que para un cristiano, Dios ha dado a conocer, por su Revelación, su designio de salvación, y por tanto de realización personal y comunitaria. El valor de la moralidad revelada emana del destino dispuesto por Dios, del fin inscrito por Dios en el ser humano. Ambos significan y reclaman al ser humano un proceso de adecuación a la imagen de Dios.

La auténtica moralidad lleva el sello del amor y por lo tanto, el de la libertad. Así pues, hombre y mujer están llamados a realizar el mandato divino del amor en toda su existencia y por ende, en todos los órdenes de sus vidas.

La teología moral entendida como aquella parte de la teología que iluminada por la Revelación y por la fe vivida en la comunidad eclesial, presta su aportación al cambio procesual de humanización plena de las personas y de la sociedad, bajo el seguimiento de Cristo Jesús y de su Reino trata de asistirles para ello exponiendo con claridad los órdenes y problemas principales, pero no puede quitarles los juicios y decisiones morales en su concreción postrera.

Amor a sí mismo y amor al prójimo piden al hombre y a la mujer que afirmen y acepten la comunidad, necesario respaldo para su existencia y posteridad, y en la que pueden y deben dar pruebas en las sociedades naturales menores, es decir, en el matrimonio privilegiado espacio donde se realiza el amor de hombre y mujer, y en la familia.

Planteamiento general de la moral sexual

Todo hombre y la mujer, creados por el Amor, en el Amor y para el Amor, han recibido un especial llamado: El seguimiento al Señor Jesús. Seguimiento tal que es común a todos los seres humanos, y que podemos concretizarlo en un estilo de vida específico en sus relaciones con Dios, consigo mismo, con su prójimo, con la sociedad y con el mundo. Este seguimiento, por tanto, tiene lugar en una perspectiva evangélica, es un seguimiento, real a Jesús que es el camino y la vida, para alcanzar a través de la comunión con el Padre en el Espíritu Santo, la realización plena del ser y de la dignidad de la persona humana.

Así mismo, el seguimiento real al Señor Jesús, exige en las circunstancias de la vida, el reconocimiento que no puede haber verdadera realización y vivencia del amor, verdadera promoción de la dignidad humana, sino en el respeto del ethos esencial de la persona humana. Ethos que se enriquece e ilumina por los principios inmutables fundados sobre los elementos constitutivos y sobre las relaciones esenciales de todo ser humano.

Ahora bien, tales fundamentales principios, comprensibles por la razón, están contenidos en "la ley divina, eterna, objetiva y universal, por la que Dios ordena, dirige y gobierna el mundo y los caminos de la comunidad humana según el designio de su sabiduría y de su amor. Dios hace partícipe al hombre de esta su ley, de manera que el hombre, por su suave disposición de la divina providencia, puede conocer más y más la verdad inmutable" (DH 3).

Además, Cristo instituyendo su Iglesia como servidora de la verdad, asistida por el Espíritu Santo, la capacita para conservar y transmitir las verdades del orden moral, interpretando no sólo la ley positiva revelada, sino también "los principios de orden moral que fluyen de la misma naturaleza humana". (DH 14; cfr. HV 14).

No es necesario hacer un gran esfuerzo para reconocer, que la comprensión y vivencia de todos estos fundamentales principios generales en el orden moral, y específicamente en el campo moral sexual atraviesan una fuerte crisis. Crisis en el ser humano mismo, en su situación y actuación personal, social, cultural, económica, política, religiosa; crisis en la credibilidad a la Iglesia como auténtica intérprete de las verdades del orden moral, crisis en la misma reflexión teológica.

Elementos generales de la crisis

Debemos recordar, ante todo, que las crisis no se manifiesta de improviso sino que son producto de una serie de conflictos de diversos órdenes.

Sin embargo, no deseamos detenernos en todos ellos, sino únicamente enumerarlos a fin de tener presentes para una mayor comprensión de las crisis mencionadas anteriormente.

- Toma de conciencia de que todo lo creado por Dios es bueno.

- Mayor conciencia del cuerpo como sacramento y como elemento de realización personal, comunitario, de satisfacción, de placer.

- No más "sexualidad" como algo penoso, sucio.

- Acentuación exagerada de ascética sexual.

- La sociedad secular abandona la iluminación cristiana de la sexualidad.

- Una fuerte preferencia del celibato sobre el matrimonio.

- Las tendencias de la cultura llamada moderna: la idolatría del poder, del dinero, de la técnica, de la superioridad, del placer.

- El consumismo, la aparición del hombre y mujer masa, deterioro de las relaciones humanas.

- Sociedad con mayor intercomunicación que ha originado negativamente, el nada me espanta, nada me conmueve; muchos datos sin tiempo, ni deseo, de reflexionar o criticar.

- Mayor tolerancia y permisividad tanto personal como social, acompañada de gran tolerancia jurídica; una sociedad más abierta y pluralista.

Este permisivismo que repercute mayormente entre los infantes, personas en etapa de formación e inmaduras, se presenta en el campo moral como realmente preocupante. Sin embargo, un tal permisivismo moral al que no podemos no reconocerle su inmoralidad, no es lo que realmente preocupa a la moral cristiana, sino la amoralidad en la sociedad y entre los fieles cristianos, es decir, la pérdida del sentido ético es la que realmente debe preocupar, ya que lo que está en causa es la desmoralización de los propios principios morales. Una cosa es vivir en desacuerdo con ellos manteniendo la conciencia de su validez y otra el contestarlos teórica y prácticamente.

Lo anterior, por otra parte, ha provocado:

- Una nueva lectura de la Escritura en lo referente al matrimonio, amor conyugal, celibato;

- Una mayor lectura crítica a la histórica tradición;

- Un mayor aprecio a la incidencia de los datos sicológicos y sociológicos;

- Un renovar con mayor énfasis el amor como el valor ético central en la vida cristiana.

Rupturas existente entre "sexualidad" y matrimonio-amor, entre "sexualidad" y procreación.

Mucho se habla en nuestros días de una ruptura entre la "sexualidad" y el matrimonio-amor, entre "sexualidad" y procreación, más sin embargo, una tal ruptura existe pero no entre sexualidad y lo mencionado, sino entre genitalidad y matrimonio, separación entre genitalidad y procreación, aislamiento entre genitalidad y amor.

Las idolatrías, la búsqueda desenfrenada de autoafirmación de identidad corporal, material, como única posibilidad de espacio para realizarse personalmente; el mayor reconocimiento del papel de la mujer en la sociedad, Iglesia, Estado, economía, familia; los factores de producción-consumo; el aislamiento del placer; la defensa de la individualidad para contrarrestar la masificación; el mismo permisivismo social y jurídico y sobre todo la pérdida de crítica, madurez afectiva, de asombro y de los valores éticos, han dado como resultado el aislamiento del sexo y todas sus relaciones, las que no son más relaciones interpersonales sino intergenitales.

El amor, que no deberá ser entendido en su sentido superficial o sentimental sino en un nivel más profundo, como la realidad originaria de todo lo real; es hoy ciertamente buscado, anhelado y deseado como lo que da plenitud humana a la persona. Sin embargo, los muy vanidosos y fuertes embates de lo individual, de lo material, han provocado en muchos seres humanos y por supuesto entre muchos cristianos, una marcada acentuación de lo sexual (entendido como genitalidad) que provoca ruptura entre amor y la sexualidad.

Este amor, y en nuestro caso, amor conyugal, no es sólo el simple medio para culminar la complementación entre varón y mujer tendiente a lograr la comunión humana, gozosa y fecunda, capaz de perpetuar la especie; sino que es también algo indispensable para poder realmente vivir tal comunión, ya que sin el amor, hombre y mujer, se verían privados del sentimiento de sí mismos y de su existir.

Como ejemplos de ruptura entre genitalidad y matrimonio-amor podemos mencionar: masturbación, incremento homosexualismo, onanismo, anticoncepción, demorar matrimonio o libre unión pasajera, aborto, etc. Así como para la ruptura ente genitalidad y procreación. Sin embargo, la moral sexual no puede ser reducida a simples cálculos entre placer y no placer, como si este fuera en sí algo pecaminoso, al contrario, o como algo gobernable por la nueva "norma" social de moda en donde nada es aceptable, ni es una "doctrina" en donde se exponga y confirme la lista de los que se puede o no se puede hacer.

Es consenso popular hoy que la significación primaria de la sexualidad es el amor interpersonal. El mandamiento fundamental para los cristianos es que ellos se deben amar uno al otro como a sí mismo. Todas sus conductas deben tener este fundamental significado como expresión de amor. Todas sus relaciones interpersonales deben ser relaciones de amor y esto no sólo para las relaciones sexuales. Las diferentes relaciones deben tener diferentes y específicos criterios para orientarlas.

No debemos olvidar que en muchas culturas populares latinoamericanas la noción de amor que prevalece es la de un amor con fuerte carga sexual y con ardientes sentimientos emocionales. En este contexto, la conducta sexual será un camino de la expresión de tales sentimientos. Así, sexo con conducta sexual se hace aceptable y el amor viene a significar la manipulación de los sentimientos, sean de uno mismo, sean del otro.

Que la sexualidad tiene un significado social no es algo nuevo. La manifiesta importancia de la procreación para la sobrevivencia de la especie humana es tan obvia que no se necesita hacer una específica mención. Pero, muchas características del mundo de hoy, tienden abiertamente a plantear y vivir la sexualidad y la expresión sexual en el ámbito exclusivo de lo privado, con el resultado que cultural y legalmente lo que dos o más adultos hacen en lo privado del hogar no concierne a la sociedad. Esto se manifiesta por el desentendimiento hasta de la ley en lo concerniente al adulterio, promoción, actos homosexuales y anticoncepción.

La sociedad misma aparece cada vez más, menos interesada en la estabilidad matrimonial y cada vez más tolerante con cualquier forma de expresión sexual, interesándose únicamente cuando se afectan o deben proteger los derechos individuales. La humana expresión sexual, para ser auténticamente humana, debe ser socialmente responsables. Los dos asuntos de mayor incidencia social son el divorcio y vuelta a casa r y el control natal. Los derechos civiles son asunto de justicia y no de moralidad sexual. El aborto, otro asunto importante para la sociedad, no es propiamente de moral sexual sino de ética de la muerte.

Así pues, de nuestra definición sobre la sexualidad humana, dependerá la orientación y recta comprensión de la misma. Sin embargo, el sexo que es como la fuerza que baña, influye y afecta cada acto de la persona en cada momento de su existencia, no es una acentuación en una estrecha área de la vida, sino el corazón y centro de toda nuestra vida. La sexualidad necesita ser atendida no como una acción sino como un camino de realización del mundo personal como varón y hembra. Sexualidad no es algo que debemos mostrar a otros en acción, sino lo que somos y la expresión sexual es siempre e inevitablemente nuestra propia y real expresión.

Criterios morales generales

Recordemos que hombre y mujer han sido creados para constituirse en un don recíproco del uno al otro. Dios no sólo dio al ser humano la capacidad de amar, sino que grabó en lo hondo de su ser la tendencia a la búsqueda y reciprocidad con otro "yo" personal: los creó varón y mujer. Ellos, con igual dignidad, reflejan la semejanza divina bajo distinta modalidad. Dicha modalidad no se reduce a diferencias de tipo externo o genital. el sexo no es algo que se "tiene", sino que sella al ser humano desde lo más profundo: se es varón o mujer en todas dimensiones de la propia existencia biológica, sicológica, moral, cultural. El hombre y la mujer maduran y llegan a ser personalidades equilibradas, sólo si se abren el uno al otro con un amor dispuestos a entregar y recibir la riqueza de cada cual, respetando la diferencia y originalidad del otro. Así, pues, hombre y mujer son llamados a vivir en plenitud y en fidelidad el amor conyugal querido por Dios como vocación a una experiencia fecunda, única e irrepetible.

Este amor conyugal, aún siendo plenamente humano, total fiel, exclusivo y fecundo, no puede ser individualista y cerrado. Por su misma fuerza y dinamismo, es un amor que tiende a comunicarse y a abrirse, a universalizarse en su referencia a la comunidad y sobre todo en referencia a la familia que se forma. Por tanto, el amor humano y en nuestro caso amor conyugal, une a los esposos y es procreador de vida nueva tanto para los esposos mismos en su dimensión personal, como para los hijos en sus dimensiones integrales de seres humanos.

Ahora bien, amor-fecundiad-procreatividad son realidades inseparables. Por ellos, hombre y mujer a través del amor fecundo vivido y actuado en íntima unión en los diversos niveles de expresión conyugal, encontrarán un medio afectivo para desarrollarse y crecer integralmente. En mi opinión, son pues, dos formas en que puede manifestarse la fecundidad del amor humano. fecundidad interpersonal - procreativa; fecundidad social y eclesial.

Fecundidad interpersonal - procreativa

La alianza matrimonial cristiana incluye la promesa mutua de los cónyuges de regalarse este tipo de amor fecundo interiormente y que, al mismo tiempo, les debe hacer conscientes de que sus valores masculinos y femeninos, por el hecho de ser integrales de la persona humana, les comporta la connatural ordenación de convertirse, no sólo en esposos, sino también en padres, puesto que "corresponde a la naturaleza del amor el tender al don recíproco de sí mismo y a la transmisión de una nueva".

Es pues, a través de la paternidad y maternidad, como los esposos cristianos podrán expresar, también, la riqueza de una real y verdadera fecundidad interpersonal-procreativa; porque, así como por explícita voluntad del Creador "no es bueno que el hombre esté sólo" (Gn 2, 18), creando por ello al hombre desde los inicios, varón y mujer, así también desde los orígenes, les hizo participar en su obra creadora al bendecirlos y llamarlos a "creced y multiplicaos" (Gn 1, 28).

Así constituyendo el amor matrimonial una comunión a la vez espiritual-corpórea entre esposos, este no se agota dentro de la pareja ya que los hace capaces de la máxima donación posible, por la cual se convierten en cooperadores de Dios en el don de la vida a una nueva persona humana. De este modo lo cónyuges, a la vez que se dan entre sí, dan más allá de sí mismos la realidad del hijo, reflejo viviente de su amor, signo permanente de la unidad conyugal y síntesis viva e inseparable del padre y la madre. (FC 14).

Al expresarse así la fecundidad del amor matrimonial, alcanza también su cumbre la dimensión interpersonal; pues esposo y esposa no pueden regalarse recíprocamente nada más enriquecedor, para sus respectivas vidas, que el convertirse recíprocamente en padre y madre por medio del don mutuo del hijo, el cual es, sin duda, el don más excelente del matrimonio, que contribuye de gran manera en el bien de los propios padres (Cfr. HV9) y a su madurez humana y cristiana.

Desgraciadamente, el poder de fractura del pecado se manifiesta de modo especial hoy, en esta esfera de la vida matrimonial, llevando a separar a menudo el amor y la fecundidad, considerando al hijo como el obstáculo para el "amor", y una molestia para la realización personal de los esposos.

La pareja cristiana, sin embargo, debe buscar hacer de su amor un signo sacramental del amor de Cristo y del Dios Trino. Por eso, la Iglesia siempre les recuerda, además, que el amor conyugal implica, por su naturaleza misma, un doble significado el cual, a su vez, encuentra en el acto conyugal su signo más apropiado. El acto conyugal representa por tanto, la expresión del todo especial, tanto del significado unitivo como del significado procreativo Manifestando así la clara voluntad de Dios al haber dado a la sexualidad humana tal estructura, tendiente a unir profundamente el amor y la procreatividad, el bien de los esposos y el de los hijos.

Sin embargo, la fecundidad del amor conyugal no se reduce a la sola procreación de los hijos, aunque, sea entendida en su dimensión específicamente humana: se amplía y se enriquece con todos los frutos de la vida moral, espiritual y sobrenatural que el padre y la madre están llamados a dar a los hijos, y por medio de ellos, a la iglesia y al mundo (FC 28)

Fecundidad Social y Eclesial.

Como Cristo, después de vivificar a su iglesia y hacerla verdadera familia de Dios, irradia a través de Ella la fecundidad liberadora y resucitadora de su Pascua hacia todos los hombres del mismo modo los esposos cristianos, tienen el deber de proyectar la fecundidad de su amor más allá de su círculo estrecho de su vida hogareña, para dirigirla hacia la porción de la sociedad humana y de la Iglesia en que su familia se encuentra inserta. De otra manera estarían mutilando una dimensión importante de la sacramentalidad de su amor y reflejando pobremente la vigorosa y universal fecundidad del Señor; puesto que no debemos olvidar que el matrimonio y la familia cristiana, deben ser una comunidad de fe, de amor, de vida, destinada no sólo a encarnar los rasgos nupciales del Amor de Cristo, sino a reflejar, de algún modo, la totalidad del misterio del amor y de comunión del que la Iglesia es portadora.

Principios morales para la educación del amor y la sexualidad en la familia.

El amor interpersonal, constituyendo el núcleo del matrimonio, es la más alta posibilidad de ser y la más profunda necesidad de realizarse. La misma sexualidad, no es la que hace descubrir el amor, sino que es el amor el que revela la naturaleza de la sexualidad. Por ello, el matrimonio no sólo supone el amor, sino que es al mismo tiempo expresión y lugar de la realización de la más profunda unidad personal de dos seres.

El matrimonio, pues, abarca al ser humano en su totalidad, incluyendo todos los aspectos de su realidad criatural: sentimientos, y voluntad, cuerpo y espíritu, sexo, eros y ágape. Si limitásemos el amor, sólo a uno de estos aspectos, le haríamos un gran daño destructivo. Pero, como decíamos anteriormente, este amor matrimonial aún siendo plenamente humano, total, fiel, exclusivo y fecundo, no puede ser individualista y cerrado. Por su misma fuerza y dinamismo, tiende a comunicarse y abrirse, universalmente en su referencia a la comunidad y sobre todo en referencia a la familia que se forma.

Así, a fin de fundamentar la función educativa de la familia sobre todo en el campo de la moral sexual, creo conveniente tener presente los elementos antropológicos constitutivos del matrimonio, y los elementos de este en su especificidad de matrimonio cristiano. Ello en razón de que cada hombre y mujer, quienes realizan el matrimonio y el matrimonio sacramento, deberán tomar conciencia de sus propios elementos constitutivos, a fin de situar los principios morales sexuales en la totalidad de la antropológica realidad del matrimonio y de sus elementos específicos como matrimonio cristiano.

Comprensión antropológica del matrimonio.

Ahora bien, el amor conyugal se expresa en el matrimonio y es su fundamento. El matrimonio que, en cuanto sacramento, es el único cuyo simbolismo central está constituido por una realidad radical y plenamente humana: La unión de dos personas en el amor, el cual es, ante todo, un amor plenamente humano, es decir sensible y espiritual al mismo tiempo. No es, por tanto, una simple efusión del instinto y del sentimiento, sino que es también y principalmente un acto de la voluntad libre, destinado a mantener y a crecer... (para alcanzar) juntos su perfección humana. (HU 19)

Pero el sacramento no es, pues, una sobreestructura al margen o alejada de la realidad humana existencial a que se refiere; por el contrario, el sacramento hunde sus raíces en la realidad antropológica, de la cual parte y hacia la cual se orienta, asumiéndola en toda su integridad y riqueza. Valorizar la realidad antropológica del matrimonio es dar también su profundo valor y significado al mismo sacramento.

En efecto, el sacramento podrá ser comprendido en la medida en que se comprenda el matrimonio según "el diseño de Dios", por cuanto este, más que una institución o fenómeno social, es una realidad antropológica, querida a instituida por Dios.

Ahora bien, si reconocemos que el amor conyugal une a los esposos y es procreador de vida nueva, es reflejo del amor de Dios y el amor comunicado entre sí y, según las palabras de la Gaudium et Spes, es participación actual en la alianza entre Cristo y la Iglesia, y que este es el centro del mismo sacramento; creemos que se nos impone referir los elementos antropológicos constitutivos del matrimonio, elementos tales que no dependen de la creatividad de una cultura humana y que se encuentra en todos y cada uno de los matrimonios humanos:

FIDELIDAD

La mutua e incondicional aceptación.

Esta es la explicitación del amor, en lo que tiene de aceptación mutua e incondicional. Es la radicalización del amor, en lo que supone de conocimientos y aceptación total del otro. Un reconocimiento que no se limita y ni se detiene en las cualidades positivas, sino que integra también las limitaciones y defectos y manifestaciones a lo largo de la existencia. Una aceptación que no se pospone a la comprobación de la evolución del amor, sino que se compromete desde hoy y para siempre la fidelidad - en la esperanza.

Esta, a su vez, es la forma en que se concretiza la incondicional aceptación del otro. Es la presencia perenne de la aceptación. A través de la fidelidad el amor es capaz de superar las velocidades del sentimiento. En ella, el amor se hace duradero. Por tanto, la fidelidad implica, fundamentalmente la radicalización existencial del amor; porque el amor se especifica y concretiza en una decisión fundamental de los esposos, quienes, por encima de las situaciones conflictivas y de los cambios que pueden sobrevenir, se comprometen a mantenerse unidos en el amor.

Pero la fidelidad, además, supone la promesa y esta no es sino un acto de libertad suprema que al mismo tiempo compromete. Quien no se compromete, no es libre. Por ello, el hombre que se decide y esfuerza a ser fiel, aparece como el ser libre que supera el momento exterior y que supera a sí mismo

Es la promesa donde el hombre trasciende su momento presente, y acepta el riesgo de comprometerse con un futuro, al que quiere fecundar en la fidelidad del presente, pero al que no puede arrancar su imprevisibilidad.

La fidelidad supone también la esperanza y la confianza en que el otro responderá, a la propia fidelidad con su fidelidad. Esta esperanza hace que la promesa de fidelidad, lejos de convertir el amor estático, lo vivifique, lo llene de dinamismo y apertura. Así, el amor matrimonial será cada día una aventura y una tarea desde la que se llama al hombre y a la mujer a descubrir su propio misterio y a hacer experiencia su propia trascendencia.

La indisolubilidad.

Desde la perspectiva antropológica del matrimonio, la indisolubilidad se mantiene como enraizada en la naturaleza misma del amor, en cuanto el amor se hace depender de sí mismo. La convicción y decisión de la pareja de edificar su matrimonio en una alianza indestructible, excluyendo, por ello mismo, cualquier posibilidad de separación durante su existencia.

La indisolubilidad, como proceso dinámico dependiente de la persona, es una tarea a realizar con el esfuerzo y voluntad interna de los cónyuges. No se trata tanto de un precepto exterior al que hay que dar el consentimiento y aceptación, sino de una exigencia interior, exigencia del amor que tiene la necesidad de la convicción de la no separación, porque es de por sí, unitivo.

La publicidad e institucionalización.

Ambos son también elementos fundamentales a destacar, pues en efecto, desde el punto de vista antropológico, puede afirmarse que el amor matrimonial, al implicar una dimensión social que afecta y compromete a la misma sociedad, reclama una publicidad y exige una institución.

La publicidad se muestra necesaria para que el amor sea reconocido y valorado como un amor existencial. Porque tal reconocimiento público da consistencia y permite la realización plena del amor matrimonial, convirtiéndose, al mismo tiempo, en salvaguardia de la situación nueva de las personas unidas en matrimonio.

Por ello mismo el matrimonio cae dentro del campo del derecho, y consiguientemente reclama una institución jurídica, por la que sea visibilizado socialmente, o mejor, por la que el amor matrimonial es socialmente manifestado y proclamado en y ante la sociedad. La institución busca desprivatizar la decisión personal, no para someterla de modo indefenso al arbitro de las competencias públicas, sino para defenderla en lo que tiene de acto más precisamente libre y personal, que busca realizarse en el "nosotros" social. De esta manera, el amor conyugal solamente contribuye en favor de la sociedad, sino que, al mismo tiempo , la sociedad puede y ofrece su colaboración, para salvaguardarlo y favorecer su desarrollo.

Elementos cristianos específicos del matrimonio.

El sacramento del matrimonio no se distingue del matrimonio mismo por sus elementos antropológicos constitutivos; ni por la mayor gracia que puedan recibir los cónyuges para la realización de su misión; ni por la especial significación que se pueda derivar de una concreta forma externa de celebración.

Todos estos elementos le pertenecen, pero los centros de diferenciación o especificidad, a nuestro juicio, los debemos buscar en su especial cualificación ontológica que le es configurada por el bautismo; su cualificación personal proporcionada por la fe y su cualificación eclesial como sacramento de la Iglesia.

Bautismo: Cualificación ontológica.

Por el bautismo el hombre participa de una manera explícita del misterio de Cristo, puesto que por el, pasa a ser miembro de la Iglesia, manifestando públicamente su pertenencia a la misma y comienza, así, a vivir de un modo progresivamente consciente, su vida nueva en el Espíritu. (Cfr. LG 11). El bautismo no aniquila ni sustituye el ser del hombre, pero si lo transforma, cualificándolo ontológicamente de forma nueva, dándole un nuevo sentido a su configuración existencial, insertándolo en el mismo Cuerpo Místico de Cristo. Ser bautizados, pues, no significa sólo aceptar un compromiso de vida con Cristo y con su iglesia, sino también participar en su mismo ser del Cuerpo de Cristo en la Iglesia. Significa asumir la propia existencia en Cristo y desde la pertenencia a la Iglesia. Por eso, cuando dos bautizados se casan no pueden ellos determinar por sí mismos, e independientemente de su ser y existir como cristianos, el sentido y la verdad de su matrimonio, sino que deben ser determinados a partir de su ser determinados a partir de sus ser en Cristo y de su vida en la Iglesia. (Cfr, FC 13)

El sacramento del bautismo es pues, el fundamento "ontológico" de toda sacramentalidad plenamente cristiana, sin que ello signifique, sin embargo, ni que Dios obra automáticamente en los sacramentos que celebran los bautizados, ni que cualquier sacramento pueda considerarse como plenamente realizado sólo porque los sujetos han recibido el bautismo. Esposándose, el cristiano se compromete formalmente como cristiano a realizar la potencialidad de su bautismo. Si el bautismo es un compromiso a seguir a Cristo, a ser El y por El, el matrimonio es la renovación de tal compromiso para vivirse en un estado de vida concreto y específico - como es el matrimonio-,y como "vocación" particular a vivir en el cristianismo.

Esta cualificación ontológica bautismal podrá más cabalmente ser entendida uniéndola a las otras "cualificaciones" que comporta y que de alguna manera también la condicionan.

Fe: cualificación personal.

Los sacramentos cristianos encuentran su realización a partir de la vida misma. En la medida en que vivimos nuestra vida en unión con Cristo, ella nos prepara a la celebración de los sacramentos, celebración que nos capacita a descubrir, aceptar y realizar más explícita y profundamente, el verdadero sentido de nuestra vida.

Sin embargo, este sacramento sólo pueden vivirlo en sentido pleno, aquellos que por el bautismo y la fe se han introducido en el misterio de Cristo y se han dejado transformar por el acontecimiento de salvación pero, además, para que la sacramentalidad del matrimonio pueda ser vivida y expresada en su grado máximo no basta el simple hecho de haber sido bautizado, pues es preciso la fe viva y verdadera.

Por la fe en la gracia misericordiosa de Dios en Cristo, el cristiano vive desde una libertad nueva, la riqueza humana de amor matrimonial, su dimensión trascendente, su inmanente carácter religioso. Por la fe, el cristiano desvela lo que está oculto, le da sentido a lo misterioso y el "otro" por lo cual se suspira, manifiesta su rostro y su nombre en el Dios de Jesucristo.

Iglesia: cualificación eclesial.

Por el bautismo el hombre entra a formar parte, de una manera expresa y significativa, de la comunidad de la Iglesia. Por la fe, el bautizado ha aceptado libre y conscientemente esta pertenencia a la Iglesia, de manera que lo que aconteció ontológicamente en el bautismo, ha alcanzado su plena correspondencia en una acogida personal, afectiva y efectiva, por parte del sujeto bautizado.

Es por eso que en este caso, la cualificación eclesial del matrimonio, como la de todo sacramento, resulta algo perfectamente normal y consecuente. El bautizado creyente tiene conciencia de que ser cristiano es vivir en cristianismo con los demás. Es pertenecer a una comunidad, es compartir y sentir que nada de lo que a los otros les sucede, pueden dejarlo indiferente e impasible. En la vida de uno está comprometida e implicada la vida de los demás y viceversa, y no celebra su vida en solitario, sino con los demás en comunidad y en comunión.

Ahora bien, si creer no es un asunto "privado", sino una realidad ontológica y cristiana, comporta una dimensión social, tampoco pueden ser asunto "privado" los acontecimientos cumbres de la vida cristiana, sino más bien acontecimientos eclesiales. La eclesialidad de los sacramentos se funda en la sacramentalidad de la iglesia - sacramento universal de salvación -, pero también en la comunitariedad de la fe, sin la cual difícilmente puede explicitarse la necesidad de una celebración sacramental.

Por consiguiente, nos parece poder afirmar que la cualificación eclesial, más que añadir algo al matrimonio, lo especifica. El bautizado que se casa en la fe, no puede menos que casarse en la Iglesia, porque supone que quiere afirmar - confirmar - ante los demás, de una manera explícita y solemne el verdadero sentido de su existencia, concentrado en esos momentos en el matrimonio.

Por eso pensamos que lo esencial de la eclesialidad del matrimonio no son tanto las normas canónicas, ni las formas litúrgicas, sino su sacramentalidad eclesial; teniendo a la base la conciencia de pertenencia a la Iglesia.

Función educativa de la familia.

Sabemos que toda educación tiene su base en aquella que es dada a la persona por la familia - natural o adquirida -. Entendiendo aquí por "adquirida", no sólo el caso de los hijos adoptivos sino además, el caso de tanto niño y joven hoy, que encuentra su familia en la guardería, en la escuela o en cualquier otra situación semejante.

La familia no es solamente como nos lo ha expresado el Magisterio, la célula fundamental de la sociedad, sino también la primera escuela, lugar privilegiado, el centro donde se puede fundamentar la educación y formación del miembro vivo de la sociedad y de la Iglesia.

Por ello, la plena realización de la vida conyugal por parte de los esposos, depende en gran parte de la formación de la conciencia y de los valores asimilados durante todo el proceso formativo de los mismos esposos y padres . Los valores vividos en familia se transmiten más fácilmente a los hijos. Entre estos valores hay que recalcar el respeto a la vida desde el seno materno y, en general, el respeto a sí mismo y a la persona de cualquier edad o condición

Por ello, en cumplimiento de su misión, los padres de familia tienen el deber y el derecho de tomar conciencia de atender también la educación moral de los hijos. Esto supone un recto criterio acerca de la finalidad de su intervención y la vivencia y preparación adecuada para poder educar y expresar tal educación con el testimonio, la delicadeza y la serena confianza necesarias. Así pues, el éxito de esta educación dependerá, en su mayor parte, de la visión humana y cristiana con que los padres de familia testimonien e inculquen los valores de la vida y el amor.

Moralidad y reduccionismos en la educación de la familia.

Una actual y preocupante problemática de carácter altamente antropológico-ético, es la de la posición revolucionista en que algunos sexólogos médicos colocan la sexualidad considerándola sólo en cuanto a síntomas orgánicos, poniendo por separado la persona humana, integral en sí misma. La genitalidad viene desconectada de la integral vida personal. No olvidar que el ser humano, hombre y mujer, es una unidad bio-sico-espiritual. Ahora bien, la adquisición de un mayor conocimiento científico sobre la vida sexual fue dirigido, desde sus principios, para obtener un mayor control de ella. No sólo se quería explicarla. Esto supone que quien en su comportamiento sexual se disocia del "standar" propuesto por la moral y sancionado por la ley, debe ser reconocido a la norma por vía de la sexología médica. La persona en especial situación no viene ya considerada como un "pecador" que debe ser salvado, ni como un "criminal" que debe ser castigado, sino como un enfermo por curar. Virtud y vicio no son conceptos equivalentes a salud y enfermedad. No se habla ya en términos morales: es malo, sino como apartado de una norma que implica un grado de imperfección: es desviado,- término este, completamente errado. Sin embargo, la referencia a una norma ideal continúa siendo explícita en el desarrollo reciente de las terapias sexuales.

El poder establecer normas ha pasado de los moralistas a los médicos y muchas normas se han "superado", aunque la petición dirigida al individuo de conformarse a un "standar" continúa siendo la misma. Por ejemplo la masturbación (equivocado quien lo practica, según la sexología de mercado actual). No es, por otro lado, el individuo quien juzga si su deseo es adecuado o no, sino la norma médica.

A este propósito, debemos declarar que la bondad moral de los actos propios de la vida conyugal y por lo tanto de la acción genital del hombre y de la mujer, ordenados según la verdadera dignidad humana, no dependen solamente de la sincera intención y apreciación de los motivos, sino de criterios objetivos, tomados de la naturaleza de la persona y de sus actos, que guardan íntegro el sentido de la mutua entrega y de la humana procreación, entretejidos con el amor verdadero. (GS 51; Cfr, GS 49)

Este mismo principio, deducido de la Revelación y de la auténtica interpretación de la ley natural, funda también aquella doctrina tradicional de la Iglesia según la cual la realización del acto genital logra su verdadero sentido y rectitud moral tan sólo en el matrimonio sacramento.

Por tanto, todo hombre y mujer, en el proceso de realización de su propia sexualidad deberán ir conformando constantemente su caminar procesual en vías de una plena realización y dignificación humana, con lo ya inscrito en su, propio ser con los dictados de su conciencia, la que es menester cultivar y esclarecer a menudo, a fin de vivir el pleno sentido de su ser humano.

La Iglesia, a la vez, a sus miembros, además de exhortarlos a lo interior, presta especial servicio esclareciéndolos y enriqueciéndoles el camino procesual de sus vidas con la Buena Noticia de Jesús, quien quiere y propicia la verdadera realización y vivencia de la dignidad humana.

De aquí, pues, que todo acto genital y su inherente placer, que se alejen del matrimonio, y en el caso de los miembros de la Iglesia, matrimonio sacramento, son contrarios a la dignidad y realización del ser humano y al amoroso designio de Dios, porque constituye en sí mismos una vejación y un ultraje a la propia persona humana en su dignidad y al auténtico amor que Dios ha compartido con el hombre y la mujer.

CONCLUSION

El reconocimiento y respeto del valor de la moral en el campo de la sexualidad se ve hoy amenazado y hasta ignorado no sólo por la sociedad, sino aún también por muchos de los cristianos. Ello está exigiendo una diligente reflexión y educación de la enseñanza moral cristiana, cualesquiera que sean las dificultades que el cumplimiento de esta tarea encuentren en las ideas y en las costumbres de hoy.

Esta enseñanza, continuamente sostenida y profundizada por la Iglesia, deberá ser estudiada mayormente, expresada de manera apta para iluminar las conciencias de cara a las nuevas situaciones creadas, enriquecida en el discernimiento de lo que de verdadero y útil, se debe decir sobre el sentido y el valor de la sexualidad humana.

Es, pues, menester presentar los principios morales cristianos sobre la sexualidad no como inveteradas tradiciones, ni como tabús, ni como leyes externas al ser humano que se le imponen, sino como leyes de amor que corresponden al designio divino de la creación, al espíritu de Cristo y por ende, a la dignidad humana e integral llamada a la realización humana de cada hombre y mujer.

La dignidad del la persona humana viene dada por el hecho de ser persona. Por eso, el ser humano sólo alcanza su plenitud cuando es aceptado y afirmado en cuanto ser humano. Consiguientemente, sólo se da la plenitud humana en un amor personal que afirma: "quiero que tú existas". "Es bueno que existas".

El amor acepta al otro en cuanto a otro; por eso forma parte de la dialéctica del amor que, por el mismo acto por el que se unen entre sí de la forma más íntima a dos personas, simultáneamente las deja libres en su personal peculiaridad.

En efecto, todos los seres humanos y en nuestro caso los esposos, pueden y deben llegar a descubrir y hacer consciente en sí mismos y en su fuente primera, la razón fundamental de su capacidad de donación y recepción mutua conyugal: el amor; el amor de Dios; Dios mismo que, en lo concreto del amor humano viene a ser la meta última - al mismo tiempo -, del hombre y de la mujer y de su amor transformado y elevado al amor conyugal, puesto que "Dios inscribe en la humanidad del hombre y de la mujer la vocación y consiguientemente, la capacidad y la responsabilidad del amor y de la comunión. El amor es por tanto la vocación fundamental e innata de todo ser humano" (FC 11). Es pues, este llamado a ser reflejo cada vez más consciente y creciente del amor divino, lo que en su designio creador, Dios concibiera al hacer al hombre a "su imagen y semejanza"; de manera que la experiencia de amor del mismo ser humano, se dilatara infinitamente y llegara a ser plenitud de vida en el amor de Dios.

El matrimonio cristiano con todo lo que ello implica deberá por tanto aparecer ante los hombres como signo y presencia del amor del Padre, deseando desde su origen y revelado en Jesús. Signo de fuerza liberadora del amor, de la apertura universal de un amor que empuja a la construcción de un mundo nuevo.

Signo de fidelidad, vivida también como perdón y comienzo nuevo, de donación total, en la que la entrega mutua expresa en profundidad y autenticidad la realidad nueva de los que han hecho una sola carne. Signo de fuerza creadora de Dios, manifestada en la procreación de los hijos. Signo sacramental que confiere al hombre que desea corresponder con fidelidad a su específica vocación, la fuerza, luz y razón de ser de una existencia temporal, llamada a ser eterna.

J. M. Blanco-Calderón